Capítulo 1

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Seis cuarenta, suena mi despertador y veo a mí alrededor. Hoy es el día en que me mudo a mi nueva casa, en Azurita.

Nueva escuela, nuevos compañeros, todo nuevo.

Todo cambiará, sin importar lo que quiera todo será diferente.

Mi madre Alina siempre quiso una tener una hija y con mi padre fue posible. Aunque yo no me creo del todo que soy lo mejor que pudo pedir como siempre me alardea.

Mi cabello es negro azabache el cuál reluce demasiado con mi piel blanca, casi traslúcida; rizos que, gracias a Dios se esponjan poco a la lluvia. Con ojos grandes de color verde esmeralda que resaltan con mi uno sesenta y cinco de altura. Siempre he sido de complexión delgada, pero con los años he ganado el busto que necesitaba.

Mi madre, siempre deseo tener un esposo que la ame y me quiera como a una hija, y no había pasado desde diecisiete años atrás.

Mi padre nos abandonó a mi mamá y a mí, al nacer yo. Ella nunca se recuperó, hasta hace tres años que conoció a Richard Hill, un hombre de su edad, que trabaja como director en uno de los altos puestos en una de las editoriales más reconocidas en el país, aún están trabajando para ser reconocidos internacionalmente. Un día Richard tuvo un problema con su cachorro, un Golden Retriever y un compañero de trabajo la recomendó a ella para que le echará un vistazo; fue entonces cuando se conocieron.

Días después, él le invitó un café y su historia de amor empezó, tanto fue así que hace no más de cuatro meses se casaron.

Y gracias a esta culminación de amor verdadero, nos iremos a vivir a su casa, en Seattle, pero no solo seremos los tres, sino que Richard tiene un hijo, Adam, tiene veintiún años, pero me cae bien; creo que él y yo podremos ser buenos hermanastros.

Hoy me estoy mudando, lista para empezar una nueva escuela, en la cual, todo será mejor y cambiará y a petición de Alina, que le diera una oportunidad al cambio. Según ella, sería un gran chance para empezar de cero pero yo no le creía nada.

Siempre me ha sido difícil adaptarme a los lugares en los que me encuentro, y más cuando es un lugar mucho más nuevo.

Al ir en el carro, podía ver como mi vida iba pasando para convertirse en un recuerdo, un recuerdo amigable. Mi querida Ciudad de Jade me ha dado una increíble vida, la cual para mí no es besos, fiestas, amigos. Es libros, paseos y familia. Cuando veo que hemos salido de la ciudad, conecto los auriculares para desconectar el mundo. Y empecé a dormitar, tratando de no pensar en nada pues si lo hacía iba a recordar lo infeliz que iba a ser. Mi sentido altruista me indicaba que era lo correcto, pues mi madre era feliz y ella lo merece todo. Pero saber que ella iba a comenzar a vivir su vida al máximo, me recompensaba.

El camino fue largo, más cuando todo me recordaba que mi vida iba a empezar a desordenarse. Y al ser una adicta al control, todo lo que no puedo mantener en mis manos es un peligro inminente.

Al llegar y contemplar la casa, una parte de mí se sintió aliviada. Pues siempre había deseado vivir en una casa con jardín delantero, una linda pintura cubriendo cada centímetro cuadrado de la casa, una puerta con un timbre totalmente blanco. Y al entrar, una enorme sala que me permitiera acostarme o sencillamente vagar en ella. Un comedor que seguramente siempre tendría lo esencial para cocinar una deliciosa cena. Luego, una gran escalera que diera directo a las habitaciones. Y que a entrar a la mía se percibiera el olor a dentífrico de hierbabuena, un balcón con luces en el barandal y una silla mecedora en la esquina derecha en la que pueda sentarme a leer, a dibujar o a contemplar los amaneceres que la vida me regalaba. Y al estar frente a ella, supe que mi espera había terminado.

Sabía que no debía correr para no parecer desesperada, asó que trate de ir a trote lento.

Richard me indicó que la habitación del fondo del pasillo del lado izquierdo era la mía, camine con mucho cuidado, temiendo que si daba un paso en falso todo se esfumaría como cuando estoy despertando de un buen sueño.

Intocable es tu Lugar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora