Siempre me he sentido muy cómoda en lugares fríos, no oscuros y escalofriantes. Solo fríos; como en los días de lluvia, cuando parece que el cielo está cansado, se encuentra harto de todas las cosas que suceden a diario y llora, no porque sea débil, sino por el hecho de ver todo lo que sucede y ser impotente ante ello.
Cuando estaba preparándome para ir a correr al parque McLity entró mi madre a la habitación.
— ¿Puedo pasar querida?
—Pasa Alina.
Al dar unos pasos adentro me di cuenta de que iba vestida con ropa deportiva. "genial, lo que nos faltaba". Por una vez, estaba de acuerdo con Maddi.
—Hija es un día nublado, puede que llueva en la tarde. Supuse que estarías de buen humor, ¿Te importa si te acompaño?
Me lo pensé bien antes de responder pues somos muy unidas pero Alina es muy perezosa. Cuando hace este tipo de cosas, puedo asegurar que algo quiere.
— ¿Por qué no? Un poco de tiempo de calidad en familia nunca viene mal.
Cuando íbamos entrando al parque, comenzamos a caminar. No tenía planeado forzar los músculos.
—Así que —empezó a hablar—. ¿Estás disfrutando Azurita Mack? ¿Lista para la escuela?
—Nací lista ma.
—Sabes que no, puede ser algo muy duro. Mudarse lejos, dejar tus amistades atrás.
— ¿Conociste a alguien alguna vez? ¡No! Mi dominio más fuerte es la soledad y lo sabes bien.
—Es que, me preocupa que pases tanto tiempo así, sola.
—A mí no me molesta.
— ¿Estás tomándome el pelo?
—En absoluto.
—Bueno, amigos cero ya comprendo. Pero, ¿Algún otro interés? —mencionó con acento pícaro. Ya sabía a donde quería llegar.
—Ya que lo mencionas sí —y me miró esperanzada. No esperaba ese algo positivo como opción viable—. Perros de razas pequeñas más que nada, que sean tiernos a simple vista. Pero no me disgustan las enormes bolas de pelo.
Y el brillo de sus ojos desapareció, voltee la cabeza lo más rápido posible para poder disimular la carcajada atorada en mi garganta.
—Venga Mack, trató de hablar seriamente. No has tenido un novio en toda tu vida.
— ¡Si he tenido mamá! —grite. Tal vez eso suene convincente.
—Mencióname uno solo y te dejó en paz —me retó.
Ahora si estoy en aprietos. Mi cabeza sintió a la ardilla dar vueltas a toda velocidad tratando de recordar algún nombre.
—Amm, ¿Alexis? Te acuerdas de él, ¿cierto?
—Lo odiabas por robarte el almuerzo.
Tengo que inventarme algo mejor.
—Connor, él fue el bueno —y sonreí. Había ganado la partida.
— ¿El vecino?
—Meramente.
— ¿El vecino al que solo le dijiste "Adiós" cuando se mudaron a Agares?
No pensé que se acordara.
— ¿Lancelot? —expuse dibujando una media sonrisa.
—No seas ridícula. A eso es a lo que me refiero. Ni siquiera lo intentas amor, eres muy joven y a esta edad vivir este tipo de cosas es de lo más bonito que vas a experimentar. No puedes ir con tu cara de amargada en la vida, tienes que hallarle el sentido bueno y divertido a las cosas.
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Intocable es tu Lugar.
Teen FictionCuando Mackenzie se muda a Azurita daba por sentado que la iba a pasar mal. No porque extrañara a amigos o amores platónicos, sino porque se había acostumbrado a Ciudad de Jade, un lugar que le había dado todo lo que podía pedir. Lo que no esperaba...