Piscina #6

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Anie deseaba que Sae fuera a su lado.

Se sentía una completa idiota en la piscina infantil y para colmo solo una reja la separaba de la piscina de adultos, donde estaban todos los adolescentes de su edad.
Obviamente que al entrar, todos se fijaron en ella, era la única "grande" en un mar de niños.
Notó que a sus espaldas, un grupo se reía a carcajadas, quizás de ella.

Seguro que reían de ella.

Cuando saliera de allí mataría a Marie con sus propia manos.

- ¡Sae!- Gritó y captó la atención de la niña.- ¡Ven aquí!

- ¡No! ¡Dejame jugar Anie!- Escuchó decir.

Anie bufó. Tendría que aguantar una hora allí con los pequeños duendes del demonio chapoteando agua a su alrededor.

Se levantó y se sentó en una esquina, un lugar estratégico donde pudiera ver a sus lados, pero nadie a ella.

Y lo único que pensó hacer fue buscar al chico misterioso con la mirada, pero no lo encontró. Seguramente estaba en el sector de las mesas de camping.
Decepcionada, siguió observando mientras pensaba de que forma mataría el tiempo estando allí.
Un niño se acercó y ella le sonrió falsamente. Lo que no se esperó era que sacara una pequeña pistola de agua y comenzara a dispararle.

- ¡Ya basta!- Gruñó. Estaba furiosa, por haber perdido, estar allí y aguantarse esa tortura.

No se le daba bien los niños y no le gustaba para nada estar rodeada de ellos, eran chillones y muchas veces maleducados y brutos. Apenas lograba llevarse bien con su hermana, ¿Y creían que podría soportar aquello?

Anie se paró del piso y caminó hacia la mesa de su familia. No cumpliría la apuesta estúpida de Marie, si pensaba que ella podría hacerlo... estaba loca.

Pero antes de llegar allí, atropelló sin querer a un muchacho. Estaba a punto de insultarlo, si estaba furiosa... ahora lo estaba aún más.

Pero se dio cuenta de quien se trataba a tiempo y guardó sus insultos para otra ocasión.

Amor fugaz de piscina [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora