Solo Mirame A Mí [Mikayuu]

capitulo 6

[Narra Mika]

—¡Maldita basura bueno para nada!.—se escuchó el grito con una voz femenina a lo lejos.

solo podía escuchar el sonido de la lluvia caer por fuera de la ventana, todo estaba oscuro aquí adentro, agarraba mis rodillas para qué de algún modo pudiera protegerme a mí mismo.

—¡sabia que tenía esposa y aun así la engaño conmigo!.— escuchaba como hacia un desastre en la habitación, parecía que botaba todo a su paso, estaba furiosa con todo.—¡Maldito desgraciado, me las pagará, le haré su vida imposible, nadie me bota a mi!.

Tenía miedo, solo podía mirar a través de un pequeño espacio que se veía en la puerta, todo era frió y oscuro, si salia de este lugar ella me golpearía, sí, aquella que me dio a luz.

Mi madre era la mujer más bella que había visto en el mundo, su cabello dorado llegaba hasta su cintura, era delgada y esbelta, sus ojos eran de un color azul profundo muy bonito. No había nadie a quién no pudiera conquistar pero, por alguna razón desde que nací nunca pude conocer a mi padre, tenía 5 años aun y no comprendía porqué no tenía un padre.

Al pasar los años comprendí porqué, ella solo se la pasaba jugando por ahí con el primer tipo que se le cruzaba, nunca entendí por que lo hacía, ella era hermosa y con gracia aun así nunca quiso nada serio. Cuando la botaban se transformaba en una mujer estérica, rompía todo a su paso y golpeaba lo que fuera para botar su rabia, una vez por accidente me encontró fuera del armario, me golpeo hasta que se cansó. Tenía el sentimiento de que nunca me iba a querer y por eso constantemente me preguntaba porque me había tenido. Por las noches solo podía soñar que tenía una familia normal.

Por mi parte solo podía ver los días pasar en hambruna, miraba al suelo viendo algunos incestos en el suelo pasar por todos lados, la casa no se mantenía limpia, ella siempre salía por días. a veces lograba escaparme de casa para comer algo afuera, recuerdo que salia por una pequeña ventana junto al baño, corría libremente por las calles en busca de algo por comer.

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—Pequeño niño ¿estás perdido?.— una suave voz me habló, me giré y vi a una señora bastante amable y joven hablándome, en su mano tenía un anillo de bodas, me sonreía amablemente.

—. . . no.—Nunca había hablando con alguien más aparte de mi madre, detrás de la señora se veía una pequeña tienda algo pobre de pastelería.

—Te ves hambriento ¿Quieres pasar a comer algo?.— ella abrió la puerta y la sostuvo, esperaba a que yo entrara, dudé unos momentos pero finalmente decidí entrar.

—Lo siento... no tengo dinero.—Sentía vergüenza, era un niño y aun así entendía qué la vida giraba entorno al dinero.

—No te preocupes, te lo daré gratis a cambio, tú debes darme tu opinión del sabor.—Ella se inclinó hacía mi sonriendo, acarició suavemente mis cabellos con su mano, sentí algo cálido en mi pecho, por primera vez alguien me trató con cariño.