Hoy había hecho bien las cosas y se habían olvidado de las cosas de ayer.
Al principio estaba enojada, porque ayer realmente se sintió mal con lo que le habían dicho.
Pero prefería estar así, sin pelear, en paz.
Su hermano no, y esta vez fue ella la que le dijo que no le hablaría, ya se había acostumbrado.
Se había terminado de cansar.
No sabia como arreglar las cosas.
El no quería arreglar, porque no sabia, que había roto un pedazo de su corazón.
Si, la persona que debía protegerla de los demás, la que jamas dejaría le rompan el corazón.
El lo había echo, con cada indiferencia, cuando la ignoraba, era como si ya no le importara.
Todo el mundo notaba lo raro que estaba.
Probablemente si el pudiera elegir, no me volvería a elegir como hermana. Pero yo siempre lo volvería a elegir.
