TRES: ¿Que pasará?

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Me estaba besando, sus labios se sentían tan bien, los necesitaba, extrabaña cada centímetro de el. Le quería, le amaba y no podía negarlo. Posó sus manos en mi cintura y yo rodeo mis manos en su nuca atrayéndolo más a mi. Pero, recordé a Renato y paré de golpe.

—Esto, no se puede volver a repetir —susurro.

—¿Por que? Tu igual lo deseas ¡Tu también me amas! —pasa su mano por su cabello.

—¡Pero amo a Renato! —eso sonó totalmente estúpido, ¿como amo a dos personas a la vez?

—No puedes amarlo —rie irónicamente.

—Sí le amo, me casaré con el y formaremos una familia —sentencio, en parte era verdad, quería y amaba mucho a Renato, ha sido ni novio por años, me encanta estar con el, me gusta hacer el amor con el, todo es perfecto  con el a mi lado. Pero le amaba más que a nadie a Cameron, debo olvidarle.

—¡Deja de mentirte a ti misma! —se acerca a mi —Nosotros tenemos algo, esa conexión, ¡ESTAMOS ENAMORADOS! y aunque tu estés con mil tipos y viceversa, este sentimiento que nos inunda, no cambiará. No lo ha echo por casi una década —toma mi rostro en sus manos.

—Pero debes respetar mi decisión, yo se que hago con mi vida, y si quiero pasarla con Renato o no, ese es mi puto problema —le dedico una mirada y salgo del departamento sin mirar atrás.

Chequeo la hora de mi móvil y sólo habían pasado dos horas.

Me subo a mi auto para poder irme a casa de mi madre.

—¿Se solucionó lo de Amelia? —pregunta Renato dándome un casto beso en los labios.

—Sí, todo solucionado —forzo una sonrisa y el me abraza.

Nos quedamos a cenar y contar historias que nos habían pasado a mi y Renato en España.

—Te llamo para que vengas un día a mi departamento —me despido de mi madre y ella asiente.

—Nuestro —susurra Renato a lo que todos reímos

Nos subimos al auto

—Se me ha olvidado comprar leche —dice Renato haciendo partir el auto.

—Son las 10 de la noche, quizás haya un supermercado abierto ha esta hora —me encojo de hombros y el asiente.

El camino hacia el supermercado se hizo en un profundo silencio. Iba pensando en Cameron, el beso y las miles de sensaciones que viví al verlo nuevamente.

Bajamos para comprar "leche" digo así porque terminamos comprando las cosas para la semana.

Nos fuimos pero antes pasamos al mirador que se encontraba desierto como día domingo por la noche.

La ciudad de Los Ángeles, se contemplaba en su máximo esplendor.

—Te ves, realmente hermosa —me susurra cerca del oído a lo que me hace estremecerme.

—Y tu erección lo comprueba —murmuro al sentir algo abultoso en mi trasero

Me voltea en un segundo y nuestros labios toman posesión uno del otro. Ambos nos deseábamos y queríamos más. Me subió a la parte de adelante, abrí mis piernas para darle paso y no dejó de besarme. Desabrochó mi short y yo su pantalón. Cojí un preservativo de su abrigo y se lo coloque. Nuestras ansias por tenernos eran inmensas. Comenzó a penetrarme con lentitud. Mientras desabotonada mi blusa para abrir paso a mi senos. Besa cada uno de ellos haciendome gemir con fuerza. Ambos llegamos al climax y nuestras respiraciones eran agitadas, eso no nos fue impedimento para besarnos con pasión.










Cameron.

Pase casi cinco años conviviendo con mi hermana, ¡Mi hermana! Esto me dolía, demasiado. Pero más al saber que América se casará, formará una familia lejos de mi, yo no puedo impedírselo. Pero la amo. Quiero que ella sea la madre de mis hijos, mi esposa, ¡Quiero que sea todo! 

Llamé a Thomas para que me acompañara a un bar cercano, a pesar de que está casado, nunca me ha dejado de lado.

—¿Que ocurrió? —pregunta cuando llego al bar acordado.

—Hola Thomas, tanto tiempo —digo con ironía a lo que el roda los ojos.

—Bien, tienes una cara de culo, ¿has estado llorando? —pregunta a lo que yo asiento.

—Me he enterado de algo —suspiro y el indica que continúe. —Fui con Mels a la casa de mis padres, ya que mi papá llegaba de Europa —el asiente —Y claro, no conocía a Melanie. Cuando el la ve, ambos quedan paralizados, da la casualidad que mi papá tenía una doble vida, y Mels era su hija de su otro matrimonio —Thomas me mira muy sorprendido.

—No te lo creo —bebe un poco de su vodka —¿Donde está Mels? ¿Tu mamá? —pregunta con evidente preocupacion.

—Ella se fue, pase esa tarde con mi mamá y cuando llegue su ropa no estaba, mi madre tomó un vuelo a la casa de mi tía en Francia —suspiro.

—Lo lamento hermano —me abraza.

—No te preocupes, gracias por venir —sonrio y el asiente.

—¿Hay algo más que quieras decirme? —arquea una ceja. Este chico si que me conoce bien.

—Estuve con América —murmuro.

—¿Te has acostado con ella? —el ladea la cabeza y yo niego.

—No, me vino a ayudar por lo de Mels, ya que llame a tu esposa y ella la llamó —tomo un poco de wisky —Nos besamos.

—¿Tu estás loco? —frunce el ceño —Ella se va a casar, ¡Tiene una vida! Su amor fue de adolescentes —niega con la cabeza.

—Tu sabes perfectamente que no sólo fue un simple amor de adolescentes —susurro.

—Pero la lastimaste ¿recuerdas a Cassandra?  ¿Que coño pensabas ese dia? Te la cojiste a ella y luego a Cassandra. No sabré mucho de mujeres, pero por lo que me dijo Amelia, no te va a perdonar —suspira  y chequea su móvil —Debo irme, Anne no se quiere dormir y pues, le leo cuentos —se encoje de hombros.

—Eres un buen padre.

—Trato de serlo, ojalá algún día tu también lo fueras —se despide y sale del local.

Me acerco a la barra para poder tomar algo ahí.

—Buenas noches —una chica alta, pelo ondulado, morena, me saca de mis pensamientos. No puedo negar que era guapa.

—Buenas, un mojito por favor —susurro a lo que ella me sonrie.

—Trinidad, para servirle —me extiende su mano.

—Cameron —le sonrio y le correspondí el saludo.

"Volver Atrás" { II Temporada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora