¿Cambio?

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Brillante. Extravagante. Exagerdo.

Eran las únicas palabras que rondaban la cabeza de Applejack.

-¿Rarity?-exclamó insegura -¿Qué traes puesto?

-¿Qué? -Rarity hizo un ademán elegante señalando su atuendo- ¿Éste vejestorio?

Applejack no supo que decir. Traía una blusa blanca con adornos rosas, unos pantalones sencillos que combinó con unas botas vaqueras blancas también. Una cesta con encaje rosa y un sombrero de paja en la cabeza. Todo repleto de diamantes y joyas que la hacían resplandecer.

Debía admitir que ese conjunto la hacía lucir demasiado bella. Era a la vez sencillo y extravagante, y su rostro resaltaba, impecable.

Pero no dejó que aquella magnífica chica apartara su mente de lo realmente importante.

-¿No estás ocupada con el Festival como para hacer ropa nueva?

-Asi es -admitió-. Pero la idea de cargar manzanas me inspiró y ya no pude contenerme.

- ¿De verdad? -exclamó con eceptisismo. Esto definitivamente no era normal. Ni bueno. Rarity estaba caminando de un lado a otro, meneándo su cabello y parpadeando demasiado. Applejack notó que no la estaba mirando. Ella tenía la mirada puesta en el imbécil.

-Si hay alguna cosa que adoro, es cargar manzanas -Rarity empujó dramáticamente su cabello hacia Trenderhoof. Applejack rodó los ojos, esto le estaba colmando la paciencia. El chico ni siquiera notó las ondas que trazaron aquellos hermosos cabellos morados. Ni siquiera notó aquél guiño que apareció de repente en su blanca tez. Ni siquiera apreció el hecho de que Rarity había peinado su copete hacia el lado contrario al que usualmente lo hacía. Sin ninguna razón aparente, Applejack deseó pasar sus dedos por aquel sedoso cabello. Adoraba lo elegante que era.

-Eso es algo que yo también adoro -suspiró Trenderhoof.

Maldición ¿había dicho eso en voz alta? Rarity no parecía haberlo notado. Pero ¿la estaba retando? Le lanzó una mirada asesina al muchacho, y el la miró con cara de borrego a medio morir. ¿Pero qué corrales significaba esa mirada?

Sin previo aviso, el rubio se puso a cantar.

Cantar. En serio. Sólo balbuceaba estrofas tontas con una melodía irritante, haciendo su voz más aguda de lo que ya era. Applejack decidió ignorarlo y empezó a caminar. Ya había olvidado por qué había ido hasta el pueblo cuando tenía tantas cosas por hacer.

Cuando miró por encima del hombro para ver a Rarity otra vez, se encontró con algo que no le gustó nada.

Estaban demasiado cerca. Ella lo miraba de una manera que nunca había visto, y el chico estaba alzándole la barbilla con el puño. Sus rostros estaban peligrosamente cerca. Applejack dejó caer las manzanas y regresó sobre sus pasos, sintiendo la sangre hervir en cólera.

Nadie tocaba a su Rarity. Y menos si era un tipo tan inútil e irritante como Trenderhoof.

Hubo un movimiento repentino que la dejó desorientada. De un momento a otro, Rarity estaba sola, mostrando una expresión que le partiría el alma a cualquiera. Applejack estaba punto de aproximarse a ella para reconfortarla cuando se dio cuenta que Trenderhoof le impedía el paso. La estaba tomando del brazo y la miraba como si se la fuera a comer. Applejack hizo una mueca de asco e intentó safarse de su agarre, pero el chico la arrastró de vuelta a Sweet Apple Acres.

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En todo el tiempo que le había tomado preparar el jardín para la degustación, el rubio inútil no se le había quitado de encima. estaba pegado a ella en todo momento; no podía dar un solo paso sin que el chico hiciera un comentario al respecto. Su paciencia estaba a punto de llegar al límite y su buen humor se había esfumado por completo. Aspiró aire para gritarle lo más fuerte que pudiera al inútil, le iba a gritar que se apartara del camino.

Simple Ways (RariJack EG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora