Realidad

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Rarity no estaba.

¿Qué había hecho mal?

Se sentó al borde de la cama, y esperó un momento para dejar sentar la idea. En cuanto estuvo preparada, se puso de pie, cogió el primer camisón que tuvo a la mano y se puso a buscar a Rarity. Comenzó en su cuarto.

Luego bajó a la escalera lo más rápido que pudo y la buscó en la cocina, en la sala, en el comedor, en el granero. En todos lados.

Pero parecía que no había estado ahí nunca.

Hubiera pensado que el día anterior no había sido más que un mal sueño si no fuera por el vestido que aún reposaba en la puerta del granero.

Ese vestido era la única evidencia que hacía de la noche anterior una realidad y no un sueño.

Desesperada, bajó el vestido de donde reposaba y lo abrazó. Gracias a esa prenda bicolor había recuperado a su pequeña y perfecta Rarity. Se quedó ahí varios segundos, hasta que estuvo lista para continuar con su búsqueda. No iba a rendirse tan fácilmente.

Con el corazón adolorido volvió a su habitación, que seguía vacía. Suspiró, colgó el reluciente vestido y comenzó a ponerse su ropa habitual. Respasó mentalmente la película del día anterior. Todo parecía estar bien para el final ¿en qué se había equivocado? Tal vez estaba tan emocionada por tener a la chica que amaba en sus brazos que había pasado por alto un detalle, o había olvidado decir algo, o la había incomodado ¿En serio había pasado tanto tiempo planenado cómo sería ese momento que terminó por arruinarlo todo? Soltó un suspiro.

Estaba abotonando su camisa a cuadros roja cuando escuchó el rechinido de la puerta al abrirse. Se volvió rápidamente, y el corazón le empezó a latir con fuerza.-Oh... lo lamento. No era mi intensión que despertaras tan pronto.

Applejack se quedó muda.

Rarity la miraba expectante desde la entrada del cuarto. Llevaba una toalla al rededor del cuello, con la que absorbía el agua de su cabello mojado. Applejack notó que era su bata de baño lo que traía puesto.

También imaginó que eran las dos únicas prendas que portaba. Pero eso no la distrajo demasiado.

Cuando el alivio se apoderó de ella, no pudo evitar que los ojos se le llenaran de lágrimas. Dos pasos le bastaron para alcanzar a su amada y rodearla con los brazos.

-Applejack -musitó-. Actúas extraño.

-Perdón -susurró-. No soportaría que te fueras para siempre.

Applejack se sentía extraña, efectivamente. Nunca nadie la había hecho sentir de esta manera. ¿Irse para siempre? ¿pero qué tonterías estaba diciendo? Rarity no respondió nada.

Tal vez había dejado salir un suspiro de frustración...No. Seguro que lo había imaginado

-Bueno -reaccionó Applejack, soltando a la chica que había tenido en brazos-, lamento haber dudado. ¿Quieres desayunar algo?

-Oh, querida -la miró decepcionada-, me encantaría, pero tengo que poner todo el Festival en orden -apartó la mirada-. Lo lamento.

-Está bien -respondió la rubia con una sonrisa- ¿necesitas ayuda en algo? La sidra para la degustación está casi lista.

-No, no te preocupes -dijo, casi inmediatamente-. Puedo encargarme sola -sonrió. Applejack le sonrió de regreso.

Mientras volvía su atención a abotonar su camisa, se fijó que Rarity miraba al rededor del cuarto, como si buscara algo.

-¿Qué necesitas? -preguntó sin desviar la atención de su camisa.

-Um... necesito un lugar donde cambiarme -contestó algo insegura. Applejack la miró desconcertada. Ya le había besado todo lo que quisiera ocultar. Pero aún así abandonó la habitación sin rechistar; No quería arruinar las cosas.

Simple Ways (RariJack EG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora