Capitulo 4

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Sentí que alguien me movía y me despertaba de mi HERMOSO sueño, soñaba que estaba en la playa mirando el amanecer y con un chico guapo dando me refresco y echando me aire, relajantemente. Pero me despiertan de mi sueño frustrado. Aj no se vale.

-¿Qué pasa?-pregunto medio adormilada.

-¿Qué estabas soñando?- pregunta un hombre con la voz de mi padre. No, esperen: era mi padre.

-Soñaba... que estaba en la playa.- dije cerrando los ojos nuevamente, ya que los abrí para saber quién era.

-Amm... ¿nada más?- preguntó esperando una respuesta más específica.

-¿Por qué la pregunta?

-Porque afuera esta Max como todo un vampiro con sed, diciendo que quiere despertarte.

-Emm ¿él es un vampiro?- Si lo preguntan, sí. Todavía estaba dormida y escuchaba poco lo que mi papá decía.

-¿Eso es lo que de verdad importa? Hija ¡esta que vota esa maldita puerta!-

-¿Cómo?-pregunte con duda, ya que yo no escucho nada. Además un padre siendo grosero ¡jamás!-según él dijo- raro.

-Oh, ya se calmó-dijo para después suspirar relajado.

-Bueno, ¿puedo volver a dormir?-pregunte cunando ya me estaba quedando dormida.

-Vale, pero en cinco minutos te levantas.-dijo ya más calmado.

-Si, como no.-dije en tono de burla.-

-Isis...-dijo él en tono de regaño-

-Aja-dije ya quedándome dormida.-

Bueno, como decía. Estaba en la playa con un chico guapo echándome aire, mirando las olas y leyendo mi libro favorito en mi celular en una pág en internet. Centrándome en el chico, era guapo pero ni tanto.

De pronto siento que una ola me viene encima. Despierto con la respiración agitada y ¿mojada? ¿¡QUE HAGO YO MOJADA!?

Cuando ya estoy más calmada y con la respiración normal, miro al frente y me encuentro con Maximiliano, -emm digámosle mejor Max- con un balde.

-Qué bueno que despertaste- dice sonriendo con inocencia-

Lo miro entrecerrando los ojos- ¿Qué crees que haces con ese balde?- dije parándome de la cama y yendo al baño a coger una toalla.

-Emm nada importante.- dice mirando hacia el techo nerviosamente.-

-Umm ya, claro.

-Sep.-dijo mirándome a los ojos-

-¿Y por qué aparecí mojada?- dije volviendo al cuarto con la toalla en la mano-

–Emm... esto... ammm... yo no sé.- dijo mirándome nervioso y votando el balde al piso.-

–Aja, claro. Y yo soy un hada- dije mirándolo con enojo y después raro, ya que volví a oler aquel rico aroma-

–Pues de hecho si lo eres- dijo con una sonrisa. Yo también sonreí, pero no por su sonrisa, si no por lo que era verdad.

–Bien, es verdad. ¿Sabes qué clase de "hada" soy?

–No... -Preguntó.

–Soy una Pyn bloed.-dije queriendo ver que reacción pondría. Y créanme fue graciosa, abrió tanto la boca que creí que se le iba a caer y las manos las coloco en sus mejillas. Creo que exagero.

– ¿Segura?-dijo después de recuperarse de su "shock".

–Seep-dije sonriendo aún más después de ver su cara.

–Pues yo soy un vampiro. Ya estoy muerto- dijo con una sonrisa arrogante.

–Pues te revivo-Dije haciendo que se le borrara la sonrisita.

–No vale.-dijo retrocediendo hacia la puerta.

– ¿Tan rápido te vas?- dije colocando la toalla en la cama-

–emm-dijo mirándome a mí y a la salida repetidas veces.

– ¿Por qué me mojaste?-pregunte dando dos pasos hacia él.-

No me contesto solo salió corriendo hacia la puerta mientras yo corría detrás de él.

–Para o si no te ira peor.-Le dije viendo que corría cada vez más rápido.

–No creo, con lo lenta que eres.-Dijo para después sacarme la lengua acto que yo repetí.

La pasamos así como cinco minutos, pero con lo floja que soy ya estaba que me moría.

–Para, para.-dije jadeando- tu ganas, ahora me voy a bañar.

Se rio-Que mala eres vengándote.-

–No digas eso que te ira peor. –Dijo apareciendo mi hermana detrás de Max.

– ¿Por qué? ¿Qué haz echo?-Pregunta primero mirando a mi hermana y después a mí. Me siento importante.

–Muchas cosas querido amigo. Muchas cosas.-Respondí caminado hacia mi habitación que raramente sabia donde era.

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Me arregle, Raramente estaba mi ropa en mi cama. Se trataba de un jean, una blusa sin mangas color negro con rojo y unos tenis grises. Nada del otro mundo.

Tocaron la puerta y fui a abrir encontrándome a Mariela con un plato de frutas y leche que supongo es mi desayuno.

–Me dejas pasar o vas a quedarte mirando la comida. –dijo al ver que no me movía.

–Amm esto, si claro-dije.

Entro y dejo la comida en una mesita, después se volteó y me miro, para después tocarme el brazo.

–Tengo que explicarte muchas cosa.-dijo mirándome a los ojos.-

Claro que tiene que explicarme muchas cosas, en especial lo de Max.

-Pues explícame-dije viendo que se había quedado pensando.

-¿En qué te sientes más perdida?-pregunta mientras mueve un poco la bandeja donde estaba la comida, para luego sentarse.-

-¿Qué es Max en mi vida?... 


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