Ya eran las cuatro de la tarde. Mi madre por fin regresó del trabajo.
-¿Cómo te ha ido nena?- preguntó distraída.
-Bien mamá, Eli casi me mata pero lo demás estupendo.- Dije pensando en que casi me mandan a dirección.
-Me alegro, cariño.-Se dio la vuelta y contestó su teléfono.
En realidad creo que no era tan emocionante que llegue. Al fin siempre le hacía más caso a su teléfono que a mi.
Subí las escaleras para llegar a mi cuarto inmediatamente. Eli me estaba llamando por teléfono.
-¡Hola Emma!- gritó Eli desde el otro lado.
-¿Qué pasó, Eli?
-Se nota que me quieres.- dijo con sarcasmo. -Sólo quería decirte que he planeado una salida de amigas esta tarde. Y que te paso recogiendo a las 6:00 pm.
-Eli, pero no se si pueda, mi mamá acaba de llegar y no he almorzado.
-Yo te compro el almuerzo, si quieres. En serio necesito hablar contigo. Convencerle a tu mamá no es tan difícil.
-Lo intentaré.
-Ok, ¡te espero!
¿Qué era tan importante para salir un jueves por la noche?
Escaparse de Eli no era fácil.
Justo ahora que no quería hacer nada más que leer y escuchar música.
Baje las escaleras de dos en dos.
-Mamá puedo ir con Eli.- pregunté tratando de llamar su atención. Pero se notaba que no me iba hacer caso. Me hizo una señal, alzando su dedo, para que me esperará.
Paso dos minutos.
-¿Mamá?
-'Espérame un rato'.- Dijo mi madre al teléfono y regresó a verme. -¿Qué decías, hija?
-Que si puedo ir con Eli a comer algo.
-Ah, claro hija, eso no me tienes que preguntar. Sabes que con Eli puedes ir a donde sea.- Dijo tratando de parecer simpática, ¡pero nunca en la vida me ha dicho eso!
-Gracias mamá, perdón por interrumpirte-. Salí caminando hacia mi habitación.
Decidí ponerme un jean negro, con una chaqueta café y unas botas. Me agarre el cabello en un moño, me pase una capa de rimel y brillo para labios. Cuando ya estuve lista, llamé a Elizabeth.
-Tenías razón si me dejaron, cree que eres una gran y buena influencia para mi.
-Ya sabes que tu mamá me adora.
-Creo que te quiere más que a mi-. Lancé una carcajada.
-¡Y la mía a ti!- Las dos nos reímos. -¿Ya estás lista?
-¡Claro! Yo siempre.
-Llegó a tu casa en cinco. Nos vemos-. Y colgó
Tenía un mal presentimiento. ¿Qué es lo que era tan importante? ¡Espero que todo esté en orden!
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Vanessa