Ya eran las nueve de la noche. Llegue a mi casa, por fin. Mi hermano ya estaba ahí.
-Hola, pequeña-. me saludó con un abrazo.- ¿Ya hiciste todos tus deberes?
-Si, señor.- dije tratando de aparentar ser soldado. Se rió.
-Me parece muy bien. Ahora a la cama-. dijo con voz autoritaria.
-¡No! cinco minutos más-. me arrodillé ante sus pies.
-Nada de cinco minutos. ¡Ahorita!
-¿Y si no qué?
-Sufre las consecuencias-.
Cogió una almohada del sillón y me la tiró. Le esquivé ¡Oh yeah, punto para Emma!
-¡Esto es Guerra!-. cogí la almohada del suelo y se la tire, trate de alcanzar las demás pero mi hermano me seguía lanzando almohadas. Le lancé la única almohada que tenía pero se esquivo.
¡Oh no! Le di a mi padre.
-Hola chicos, veo que nunca van a cambiar-. Se rió, nos lanzó la almohada a los dos. -¡Dos por uno!
Mi madre escuchó el escándalo y bajó corriendo las gradas.
-Nadie nunca cambia, amor-. Se agachó a coger dos almohadas y nos lanzó a todos. -¡Gané!
-¡Son los mejores! Los amo.-dije desde el fondo de mi corazón- ¿Qué haría sin ustedes?-. Les abracé lo más fuerte que pude, como si tuviera miedo a perderles.
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Pasaron como cinco minutos.
-Bueno ahora si todos a dormir-. Dijo mi padre con voz fuerte.
-¡NO!-. Grité. -Ya no te quiero.
-Bien que me amas.
-Te adoro.
Subimos las escaleras y cada uno se fue a su cuarto.
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No podía dormir. Sentía que me faltaba algo. Decidí ir al cuarto de mi hermano.
-¿Puedo dormir contigo?
-Claro, pequeña. ¿No puedes dormir?- A pesar de que mi hermano estaba en el cuarto semestre de la universidad y yo estaba solo en quinto curso siempre me iba a tratar así, como a niña pequeña.
-No, no puedo.
-Yo igual. Creo que nos hemos distanciado mucho, porque la verdad ahora ya no me cuentas nada. Y yo tampoco-. Dijo con voz apagada.
-Te quiero mucho, Gus. Eres el mejor-. Dije dándole un abrazo.
-Yo te quiero más. Sabes que puedes confiar en mí para todo.
En realidad siempre he confiado más en él que en cualquier persona, es el único que sabe mi historia con Colin.
-Lo sé, siempre confiare en ti.
-Y yo en tí-. Apagó la luz.
Me di vuelta en la cama y me dormí.
¡LO QUIERO DEMASIADO!
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Suerte,
Vanessa.
