Por Nashi

Capítulo 3

Para entretener un poco a la niña, Mirajane le sirvió (para desconsuelo de Erza) el último pedazo de pastel de fresas que quedaba. Nashi que conocía muy bien a todos en el gremio, sabía de la obsesión de Erza por el pastel de fresas así que le dejó la mitad de su porción con una fresa intacta. Erza le hizo una reverencia en honor a la bondad de la niña. Luego jugó a las cartas con Cana, Wendy, Happy, Charle y Lily mientras en una mesa algo apartada, el equipo Natsu, Mira, Levy, Gajeel y Juvia conversaban.

Lucy miraba a Nashi apoyando su rostro en la palma de su mano.

- Luuuu-cy - dijo Natsu y pasó la palma de mano frente a sus ojos para llamar su atención – ¿En qué piensas?

Lucy se ruborizó al encontrarse con la mirada de Natsu. A penas en la mañana discutían sobre ese estúpido trabajo de repartidores en patines al que Natsu quería ir y ahora estaban ahí sentados, vigilando a su supuesta hija venida del futuro.

- ¿Será verdad que esa niña es nuestra hija? - preguntó Lucy desviando la mirada hacia Nashi - ...quiero decir...¿cómo?...

- Tú sabes muy bien cómo Lucy – dijo Gray con picardía, codeándole las costillas a la rubia. Lucy se ruborizó aún más.

- ¡Claro que sé cómo, baka!

- Vamos, solo mírenla, es idéntica a ustedes – dijo Levy mirando alternante a Natsu y luego a Lucy – Lu-chan, yo no veo tan imposible que en un futuro Natsu y tú...

- ¡Calla, calla, calla! – exclamó Lucy aún más nerviosa y roja.

- Es verdad - dijo Gajeel divertido – Tiene el pelo de Salamander y por lo que se ve también su magia, aunque tiene la cara de la coneja rubia – Lucy le dirigió una mirada asesina. Levy le hacía señas a Lucy de que se tranquilizara – pero para suerte de la pequeña no sacó el intelecto del cabeza de cerillo.

- ¿Qué has dicho, cerebro de óxido? – exclamó Natsu levantándose de su asiento – Haré que botes todos los tornillos a puros golpes...

- Ara, ara, tranquilos chicos, no es momento de pelear. Mejor decidamos que haremos con ella - dijo Mira.

- ¿Haremos? – preguntó Gray escéptico – Qué harán ellos mejor dicho... – señaló a Lucy y Natsu – Estamos casi seguros que es la hija de estos dos que viene del futuro, ellos deben encargarse de eso.

- ¡¿Que queeee?! ¡¿Y porqué nosotros?! – exclamó Lucy alarmada - ¡Puede que sea nuestra hija en el futuro pero en este momento no es asi!

Lucy sintió cómo su rostro ardía por la vergüenza de haber dicho eso en voz alta, y sus manos temblaban con nerviosismo.

- Yo no tengo problema con eso – dijo Natsu mirando con una sonrisa de embeleso a Nashi.

- ¡Natsu, pero no sabemos nada de cuidar niños! No podemos hacernos cargo.

- Y tampoco lo sabremos en el futuro Luce...hay que practicar...

- Pues Natsu parece muy entusiasmado con la idea... - se burló Jellal y todos rieron. Un escalofrío recorrió a Lucy por todo el cuerpo. 

- ¿P-practicar? Pero que disparates dices si tú y yo ni siquiera... - Lucy no pudo terminar la frase. Le avergonzaba el siquiera imaginarlo...Ella y Natsu, juntos, como pareja y luego casados...¡y con una hija! No es como si no lo hubiera imaginado (o soñado) en más de alguna ocasión, pero ahora esos pensamientos estaban materializados en esa pequeña sentada allá en la otra mesa.

- Pienso que todos deberíamos ayudar a cuidarla, de todos modos, tiene la marca del gremio. Aunque sea la futura hija de Natsu-san y Lucy-san, es parte de la familia - dijo Juvia.

- Juvia tiene razón. Debemos cuidarla y averiguar cómo regresarla a su tiempo - dijo Erza – ella no pertenece aquí, y estoy segura que sus padres del futuro estarán muy preocupados.

En ese momento pudieron ver como la niña daba un gran bostezo y se restregaba los ojos.

- Parece que la mini Salamander ya esta pidiendo cama – dijo Gajeel en tono de burla.

- Es verdad, deberían llevarla a dormir, Lu-chan.

Pero Natsu ya se había adelantado. Se puso de pie y fue con paso firme hacia donde Nashi.

- Oee, Nashi, ¿Quieres irte ya a casa?

- ¡Aye! Tengo mucho sueño – dijo restregándose los ojos. Natsu la levantó en brazos y la cargó mientras la niña se aferraba a su cuello y a su torso.

Natsu se acercó a la mesa y le tendió una mano a Lucy.

- Vámonos, Luuu-cy - le dijo sonriendo tranquilamente.

Lucy sonrojada tomo su mano y se levantó de la mesa. Caminaron hacia la salida y Lucy volteó a ver al gremio. Estaba casi vacío, sus amigos sólo los observaban entre divertidos y sorprendidos por el comportamiento repentinamente paternal de Natsu. Ni Lucy creía que el podía ser tan maduro.

Caminaron en silencio hasta el apartamento de Lucy. Al entrar, Natsu colocó a la niña en la cama de Lucy, mientras ella traía una camisa vieja. Le quitó la ropita que andaba y la arropó. De inmediato, Nashi se quedó completamente dormida.

La observaron por unos instantes, de pie junto a la cama, cada uno preguntándose en su mente, como habrían llegado hasta ese punto.