Por Nashi

Capitulo 5

Los siguientes días, Natsu y Lucy llevaron a Nashi a vivir a casa de Natsu y Happy. La casita estaba un poco hacia las afueras de la ciudad pero era tranquila y más espaciosa que el apartamento de Lucy. En el primer piso, había hacia el fondo una pequeña cocina que evidentemente apenas se utilizaba. Cerca de la entrada habia una chimenea y frente a ésta, un sillón grande y cómodo. Mesas y chunches estaban repartidos por todo el lugar, una hamaca colgaba entre dos postes y al lado de ésta, en la pared estaba el tablón donde Natsu y Happy pegaban y acomodaban los recuerdos de la mayoría de sus trabajos con Lucy.

Junto a la cocina había además, una pequeña escalera por la que se llegaba a un segundo piso, el cuál constaba de un piso ancho que se continuaba lo largo de cada pared y dejaba en el medio una abertura amplia por la cual podía observarse el piso de abajo. En una esquina había una cama grande que estaba arreglada, por lo Lucy supuso que Natsu rara vez la utilizaba y a su lado una cama mas pequeña que supuso pertenecía a Happy. Un barandal limitaba el suelo del piso arriba de la abertura para el piso de abajo. Lucy pensó que en efecto la casa de Natsu era un poco mas adecuada para que los 4 (incluyendo a Happy) vivieran juntos. 

Esos días, Lucy dormía con Nashi y Happy en la cama de arriba, y Natsu en la hamaca del piso de abajo. Por las mañanas Lucy se levantaba temprano y preparaba el desayuno para todos. Era extraña esa sensación hogareña, pero disfrutaba haciéndolo de todos modos. Luego del desayuno, Lucy y Nashi tomaban baños en una amplia tina que había detrás de la casa de Natsu, y que era alimentada con agua por un riachuelo. Nashi que era diestra en su magia de fuego, calentaba el agua para que ambas pudieran disfrutar.

Luego de eso, Lucy y Nashi se vestían y adornaba el cabello de la niña con broches y listones. Ya listas las dos, Lucy se disponía a corretear a Natsu y a Happy por la casa para que recogieran sus desórdenes y se apresuraran para ir al gremio.

Todos los días, los cuatro caminaban hacia el gremio y se pasaban el tiempo jugando o paseando con ella por la ciudad.
Wendy y Erza prepararon un pastel con ella.
Elfman y Lisanna la entretenían con su magia de transformación.
Levy le leía historias de princesas y dragones luego de que Gajeel la molestara con historias de miedo.
Juvia le enseñó a nadar.
Jugaba a los aventureros con los 3 Exceed y acompañó en un par de ocasiones a Mira a hacer las compras para el gremio.

Por sugerencia del Maestro, un fin de semana organizaron una excursión a un lago, el cual Gray congeló a petición de Nashi y lo convirtieron en una pista de patinaje. Para la no sorpresa de todos, resulto que también patinando Natsu se mareaba.

- Pero si tú no eres un transporte ¿Cómo puedes marearte? - preguntó Lucy con indignación a un Natsu que se deslizaba pansa abajo sin rumbo sobre el hielo. 

- ¡Carrera sobre hielo! - exclamó Nashi a Happy y se lanzaron los dos sobre la espalda de Natsu, quién con el impulso salió deslizándose a toda velocidad por el lago congelado con su hija sobre él. Luego de eso Natsu quedo fuera de servicio hasta que llego la hora de la comida.

Otro día, hicieron un día de campo en el parque sur, donde Jellal y Erza encontraron a Nashi. Ella y Natsu hicieron una barbacoa para todos. Nashi parecía saber lo que hacia, pero Natsu emocionado, quemó parte de la comida que habían llevado. Mirajane entonces se acercó y los relevó a ambos.

- Ya está el fuego encendido, ya no te necesitamos - le dijo Mira a Natsu mientras lo empujaba lejos de la comida.

Ese mismo día hicieron un torneo de magia donde Nashi les mostró a todos sus habilidades. Mirándolos con la misma sonrisa confiada de su padre, Nashi retó a Gajeel y a Laxus a un duelo.

- Esto se me hace extrañamente familiar... - decía Erza tocándose la barbilla.

- ¡¡¿Tú crees?!! - exclamó Lucy escandalizada mientras veía como la niñita les hacia señas con los dedos a los dos Dragon Slayers para que se acercaran. Era como ver a una versión de Natsu en miniatura y cabello largo.

- Vamos tío Laxus, tío Gajeel, déjenme enseñarles un par de cosas que aprendí...

Los dos dragones se miraron divertidos.

- De acuerdo pequeña Salamander, veamos de qué estas hecha - dijo Gajeel levantándose con expresión fiera.

- ¡Gajeeel! Recuerda que es sólo una niña... - lo sentenció Levy sentada a lo lejos.

- Tranquila - dijo Laxus levantándose también - si es hija de Natsu, sabrá aguantar tanto como él - y flexiono los dedos y los puños.

- ¡¿Natsu-san, que ocurre?! - dijo Juvia alarmada al ver a Natsu con lágrimas en los ojos.

- Es que...es que...estoy tan orgulloso – gimió Natsu.

- Nashi es todo un hombre.

- ¡Kyaaaaaa! ¡Es una niña! ¿Qué les pasa a todos ustedes? - exclamó Lucy con desesperación. Intentó levantarse pero Natsu la había agarrado de la falda y la jaló obligándola a que se sentará.

- Vamos rubia, es solo un poco de entrenamiento – dijo Gajeel.

- Deberías agradecernos que estamos entrenando a tu pequeña - dijo Laxus sonriendo de lado, y en ese momento de distracción, Nashi aprovechó y le soltó una patada en el rostro que dejó a Laxus viendo estrellas.

- Pequeña sabandija... – gritó Laxus levantándose del suelo sobándose la quijada. Persiguió a Nashi por toda la extensión del parque, por entre árboles y arbustos.

- ¡Ahhhhhhh! – exclamó Nashi asustada mientras corría a esconderse detrás de Mirajane - Tía Mira ¡Ayúdame!

- Vuelve aquí, pequeña flamita cobarde - dijo Laxus invadido por la locura. 

- Ara ara, Laxus, es sólo un juego – decía Mira tratando de calmar a Laxus. Todos los presentes se rieron.

Se habían acostumbrado tanto a la presencia de la pequeña y era tan fácil caer presa de su encanto que casi habían olvidado que venía de otra época. Una época en que Natsu y Lucy eran mucho más de lo que son ahora y aunque trataban a toda costa hacer feliz a Nashi, Lucy se preguntaba que pasaría después entre ellos. ¿Forzaría esta situación a que se unieran? ¿Si Nashi se quedaba, permanecerían como habían estado viviendo estos días o su relación evolucionaría a algo mas? o si Nashi se iba... ¿Que pasaría después entre ellos?... Eran preguntas que rondaban constantemente la mente de Lucy, sin embargo rápidamente desechaba esas ideas pues las preocupaciones le impedían disfrutar plenamente los momentos en esa pequeña familia improvisada.

Una noche, tras haberse quedado hasta tarde en el gremio con Nashi, quien recibía a diario dos horas de clase de lo que fuera con Levy y el Maestro, Natsu, Lucy, Nashi y Happy volvían a casa. Natsu llevaba a Nashi cargada sobre su pecho, la pequeña estaba agotada, disfrutaba mucho las clases en Fairy Tail, ya que no eran lecciones comunes y corrientes, eran sobre magia e historias fantásticas, y de vez en cuando Levy le enseñaba a Nashi cosas practicas pero útiles para la vida. 

Llegaron a casa y Natsu subió de inmediato a la niña a la cama del piso de arriba. Lucy se quitó su abrigo y lo colgó en una percha junto con la bufanda de la niña. Habían unos platos sucios, así que los lavó antes de subir, recogió unos peluches que Juvia había tejido para Nashi y los metió en un cajón. Se cepilló los dientes y se lavó el rosto.

Lucy notó entonces que Natsu no bajaba. Subió la escalera y al llegar arriba vio a Natsu tirado en la cama con Nashi. Se había quitado el chaleco y rodeaba con sus musculosos brazos a la pequeña niña. Lucy se quedó ahí observándolos un momento. Recorrió con la vista el torso desnudo de Natsu y se sonrojó al hacer conciencia de que lo hacía. Era una escena muy tierna de contemplar. A los pies de ambos pelirrosa estaba Happy hecho un ovillo. En verdad se parecían mucho, roncaban hasta al mismo compás. Lucy sonrió enternecida.

"Si éste es mi futuro...no tengo problemas en que llegue pronto" pensó Lucy. Sintió una inmensa felicidad. Se acercó a la cama y se sentó en la orilla. Decidió que no despertaría a Natsu y que por esta ocasión lo dejaría dormir ahí. Con su mano acarició con suavidad los cabellos de la niña. Cuando iba a levantarse de la cama, la mano de Natsu le tomó la muñeca, ella lo miró. Natsu estaba con los ojos cerrados pero le dijo en una voz suave y adormilada:

- Quédate con nosotros Luce - Lucy se quedo ahí, junto a la cama contemplándolo. Entonces calculó el espacio que había. Natsu dormía dándole la espalda a la pared y Nashi estaba en medio, así que Lucy se quitó las botas y se acostó en la cama, al otro extremo. Pudo ver como tanto en el rostro de Nashi como en el de Natsu se dibujaba una sonrisa, sus dedos se entrelazaron con los de Natsu y pronto se quedó dormida.