Tres.

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Raul me sonríe entre el beso y luego se aparta, quitándome un mechón rebelde del rostro ruborizado.

—Estoy empezando a creer en el amor a primera vista.

—Raul, no quiero ser pesimista pero, eso del amor instantáneo, no es lo mío.

Él parece herido ante mis palabras, y agarra uno de los helados que el señor le tiende, pagandole también. Yo voy por el mio y lo sigo entonces.

— ¡Raul...! — Exclamo, acalzandole a duras penas.

—Cristina no me confundas desde un comienzo.  — Dice él, parándose en seco,  para luego darle una saboreada a su helado y mierda, eso ha sido tan sexy...—Porqué rayos, me gustas; siempre me haz gustado. Tus letras son cómo, un refugio para mí, en el cuál me siento seguro y ahora te tengo aquí, en frente, y es como, si esa Cristina hubiera desaparecido.

—Raul, en verdad no quise decir lo que dije, o al menos no de ese modo en el que crees. Quiero que seas sincero y me digas cada palabra que pasa por tu cabeza, aunque no me guste, es sólo que...El amor a primera vista es un tema aparte.

—Pensaste que estaban destinados, ¿cierto? — Un nudo se forma en mi garganta cuando se a lo que se refiere.

—Sí, conocí a Javier en una discoteca, unos amigos en común, ya sabes.  Pensé que lo nuestro era amor a primera vista, pensé que era la mujer de su vida y que jamás me abandonaría, ¿y qué pasó? Ni siquiera llegó a sentir amor por mí, no fui parte ni de un cuarto de su vida y bueno, obviamente me abandonó. — Gimo, entre lágrimas y los brazos, fuertes y musculosos de Raul me envuelven.

—Ya, ya, chiquilla, estoy aquí.

—Todos quieren a la Cristina que escribe cursiladas, que tiene dinero y es amable con todo el mundo pero nadie quiere a la verdadera Cristina, gorila, así que está bien, porqué estoy acostumbrada a que la gente me quiera por lo que aparento y no por lo que soy en realidad.

Chiquilla, mi mamá antes de morir me dijo: "Cuando una chica acepte todos sus defectos y virtudes, cásate con ella".

— ¿Me estás proponiendo matrimonio o algo así? — Pregunto, con cierto humor, aun con mi cabeza entre su pecho.

—No, no, no. Es sólo que, no puedes encontrarte a ti mismo cuando estas perdido en alguien más. Por eso cuando encuentres a alguien que acepté que no es perfecto, debes tratar y hacer todo lo posible por conservar a esa persona; porqué muy pocos se encuentran a sí mismos estando enamorados; es casi imposible.

—Vaya...— Susurro, dándole un besito a su pecho. Un poco de su helado me cae en la frente y Raul se ríe antes de quitármelo con sus labios. — Y con respecto a lo de tu madre,  lo...

—Tranquila, chiquilla, fue hace mucho tiempo.— Me pongo de puntillas para darle otro beso cuando mi helado impacta con su mejilla, y Raul se pone tieso como una roca cuando paso mi lengua sobre la misma, deleitándome con el rico sabor a chocolate.

Gorila, me haz dado una idea. — Le digo, comiéndome mi barquilla super rápido, antes de seguir. — Y para ello, necesito seguir viéndote. 

— ¿Para qué? 

— ¿Acaso no quieres seguir quedando conmigo, Raul Romero? — Pronuncio con fingido enojo, que es más que claro, ya que una risa se me escapa a medio camino.

—Oh, cielo santo, claro que sí. Dame tu número. Voy a explotarte el teléfono de tantos mensajes, pidiéndote montones de citas.

—Y yo de cientos de borradores, sobre mi nueva historia, "La Bella y la Bestia".

Que original...

—Bueno, todavía estoy pensando en el nombre pero como te dije, me haz dado una increíble idea.

—Puedo darte muchas más.— Dice, agarrándome por los muslos, haciendo que me suba a él, entrelazando mis piernas alrededor de su cintura, y mis brazos por su cuello.

—Raul, estamos en un lugar público y para serte sincera, jamás había besado a un completo desconocido.

—Soy tu fanático número uno, tan desconocidos no somos tampoco y también se dónde vives.

—Lo que eres es un acosador, jamás te he visto en una firma de libros.

— ¿Y como sabes eso?

—Cállate y be...— Y antes de que pueda terminar, literalmente, me está comiendo a besos, y el sabor a chocolate está por todas nuestras bocas; eso hace esté beso más especial y quiero bailar de la felicidad.


















Besos Achocolatados©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora