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Luego de pensárselo por un largo rato, tomó su decisión. Iba a acabar con el problema desde la raíz.

Sesshomaru regresó al lugar donde había dejado a sus acompañantes antes de marcharse. Sin hacer el más mínimo ruido se acerco a su objetivo que dormía plácidamente en una especie de bolsa extraña.

-Miko.- La llamó con su característico tono frío. La aludida solo se movió un poco en señal de respuesta. -Humana, despierta. -Ordenó

Bastaron solo unos segundos para que comenzara a abrir los ojos. Cuando enfocó bien se sorprendió por encontrarse con un par de orbes doradas observándola fijamente.

-¿Qué sucede? -Alcanzó a preguntar con voz ronca.

-Sigueme. -Sin más dio media vuelta y comenzó a caminar adentrandose en el bosque.

Kagome estaba de más confundida. ¿Qué era lo que quería? De inmediato una serie de ideas le cruzaron la mente, una peor que la anterior. Temiendo lo peor salió de su saco de dormir, tomó su arco y flechas y siguió al peli plata.

Durante el trayecto el Youkai recordaba el día que esa extraña Miko comenzó a viajar con ellos. Rin la había encontrado mientras buscaba comida. Cuando le exigió una explicación de por que no estaba con el inútil de su medio hermano simplemente se limitó a contestar que había dejado el grupo. No preguntó las razones, ya que no le interesaba en lo absoluto. El problema se hubiera evitado si solo se hubiera ido dejándola a su suerte, sin embargo Rin le pidió que los acompañara. Esa era una petición que no quería cumplir en lo absoluto, pero de alguna manera cedió y dejó que la chiquilla hiciera lo que quisiera. Gran error.

Se detuvo una vez que llegaron a un lugar lo suficiente mente alejado para no tener interrupciones.

-Aquí no hay nada. -Observó la joven azabache. -¿Qué es lo que se supone que pasa? -Cuestionó mirando a todas partes.

Aprovechando su distracción Sesshomaru sacó sus garras y se fue acercando a ella por la espalda.

-¿Sesshomaru? -Lo llamó. Se dio la media vuelta y lo encontró parado peligrosamente frente a ella. Dirigió su curiosa mirada a los ojos del Inuyoukai y lo que vio le heló la sangre. -¿Qué tien...?-No alcanzó a terminar la pregunta ya que una fría mano se apodero de su cuello y la pegó al tronco de un árbol con brusquedad. La Miko soltó un gemido ahogado de dolor acompañado de una punzada en su espalda.

El peli plata comenzó a aumentar la presión en su cuello haciendo que sus garras poco a poco se fueran incrustando en su suave piel. Percibió como su corazón latía sin parar. En un vano intento por conseguir oxígeno la azabache agarró su mano tratando de apartarlo

El Youkai en ningún momento la miro a los ojos, no debía. Sin embargo se olvidó de esa regla vital que se había auto impuesto al sentir algo tibio deslizándose por su mano. Levanto la mirada y la vio. Estaba llorando. De pronto, todos los recuerdos que tenía de la Miko invadieron su mente y entonces fue cuando lo aceptó. Él, Sesshomaru Lord de las tierras del oeste, había caído ante una débil y frágil humana.

Se sintió miserable y sin pensarlo más la soltó. Kagome aprovechó para llenar sus pulmones con urgencia incrédula de lo que segundos antes había sucedido. Sabía que Sesshomaru era alguien frío que no dudaba en asesinar a alguien, pero ella siempre se sintió protegida a su lado y nunca se le había cruzado la idea de que él pudiera dañarla, por que confiaba plenamente en él.

En ese mentó ya no sabía ni que pensar. El Youkai había tratado de asesinarla, ¿por qué? Que ella supiera, nunca se interpuso en sus planes, jamás le pidió explicaciones cuando desaparecía por días y siempre se preocupaba por el bienestar de Rin, de Jaken y hasta de él.

-¿Por qué? -Preguntó bajito luego de haberse recuperado. No pudo esconder la desilusión en su tono.

El peli plata no respondió.

-¿Acaso hice algo malo? -Murmuro mientras otra lágrima de volvía a escapar de sus ojos.

El lord del se sorprendió ante tal pregunta. Después de lo que había intentado hacer le preguntaba si había hecho algo malo... Esa mujer era única.

Sin más contemplaciones el youkai la tomó de la mano y la atrajo a él lo suficientemente cerca para rodearla con sus brazos.

-No has hecho nada malo. -Dijó en un susurro mientras apoyaba su barbilla en la cabeza de Kagome.

La azabache no daba crédito a lo que estaba pasando, Sesshomaru la abrazaba... Él, el Youkai más frío que minutos antes había tratado de matarla, la abrazaba... No sabía que pensar.

-No volveré a hacerte daño. -Susurró el Youkai.

-¿Cómo lo sé? -Alcanzó a preguntar en voz baja.

El Lord la miro directo a sus ojos chocolate para finalmente dejar su orgullo de lado y basarla. Kagome se sorprendió por esa acción he inmediatamente su corazón comenzó a ir más rápido. Los labios de Sesshomaru eran fríos, pero la besaban con delicadeza. La azabache se sostuvo de su cuello ya que sentía que todo a su alrededor giraba. No supo cuanto tiempo sus labios estuvieron unidos, lo que si sabía era que nadie nunca la había besado de esa manera.

-Te protegeré, Miko. -Pronunció separándose de sus labios.

Sin decir una sola palabra más, se dio la media vuelta para regresar al campamento. Amaba a esa extraña Miko, pero no se lo diría, al menos no en ese momento, acababa de admitirse lo a él mismo. Ya había dejado su orgullo de lado lo suficiente por esa noche. Habría más tiempo.

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One Shoots •Sesshomaru x Kagome•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora