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Irasue no era tonta, ella sabía que su hijo había cambiado, ya no era el mismo cubo de hielo y asesino despiadado que crió, se había hablandado. Al principio quiso creer que se lo imaginaba, pero no pudo negarlo más al ver como trataba a esa niña humana, pero la mayor prueba de todas fue cuando se emparejo con esa sacerdotisa, ¡una humana! Cuando se entero, pese a que era un poco consiente del cambio de Sesshomaru, jamás imaginó  que llegaría a tanto. Él, siempre critico a su padre, y predicaba el odio por esa deplorable raza, se termino uniendo con una, y concibiendo un cachorro híbrido.

Viajo al castillo del Oeste para conocer al pequeño, a ella no le agradaban los Hanyous, mucho menos los humanos, pero sentía curiosidad de ver que era lo que tenían que produjo ese cambio en su hijo.

Su nuera, a pesar de ser humana era algo bonita, y muy amable (demasiado para su gusto) en cuanto al cachorro, era la viva imagen de Sesshomaru. Tenía todos los rasgos distintivos de su clan, y pasaría por un youkai puro, de no ser por esas dos pequeñas orejas que poseía delatando la impureza de su sangre.

Durante toda su estancia nota cosas que la hicieron ser más consiente de que el antiguo Sesshomaru se había ido, pero hubo una en particular.

Caminaba por los pasillos en busca de su hijo, ese día partiría y aunque sabía que a su maleducado cachorro no le importaba, deseaba molestarlo un poco. Se detuvo antes de llegar a la puerta de su habitación. El llanto del cachorro se escuchaba por todo el pasillo.

—Dejalo llorar, si no se acostumbrara a que lo carguen—Era la voz de esa sacerdotisa.—Me iré a bañar—Informó, y el sonido de una puerta cerrarse se escuchó.

La youkai camino ocultando su presencia, incluso para Sesshomaru sería difícil detectarla. Se asomo un poco por la puerta y lo vio, parado frente a la cuna donde el pequeño no paraba de llorar, lo observaba con detenimiento, como si se debatiera que hacer. Después de unos largos segundos, hizo algo que no esperaba, lo tomo en brazos y comenzó a mecerlo lentamente, haciendo que el llanto cesara de a poco. El cachorro más calmado estiro sus brazos como si reconociera de quien se trataba, las movía enérgicamente tratando de alcanzarlo. Sesshomaru lo sostuvo con un solo brazo, acerco una mano al pequeño bulto que sin dudarlo enrollo sus pequeñas manos en el largo dedo del youkai.

Irasue ya estaba sorprendida, pero lo que pasó después la dejo atónita. Su frío hijo esbozo una pequeña sonrisa que iba dirigida al cachorro. Eso fue lo único que faltaba, ¿qué le hicieron a su hijo? ¿dónde quedó el Sesshomaru que ella conocía? No lo sabía.

Se alejo de ahí y fue al jardín dispuesta a marcharse sin una despedida, de todos modos no haría ninguna diferencia. se transformo en un enorme perro blanco y emprendió en vuelo a su propio castillo. No lograba entender por que el cambio de su hijo, tal vez siempre estuvo equivocada al decir que su Sesshomaru se parecía en todo a ella, cuando en realidad era más parecido a su padre de lo que creía.

Irasue jamás lo iba a entender, tampoco buscaría entenderlo, se quedaría con lo único que sabía, que no era mucho: Sesshomaru ya no era el mismo, por culpa de esa humana.

Nota de la autora.
Esta vez les traigo un pequeño shoot algo diferente, ya que esta narrado desde la perspectiva de la madre de Sesshomaru.

Siento que es algo cursi, pero aun así me ha gustado y espero a ustedes también.

Pdta: Ya las debo tener hartas con tanto one shot. He estado actualizando casi a diario, si no es que diario. Lo siento, las historias llegan cuando quieren.

One Shoots •Sesshomaru x Kagome•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora