"Común y Corriente"

Oro y Jade

Sasuke vio tendida a Sakura en el piso y corrió hasta ella con mucha velocidad. Como si pudiera salvarla. Sabía que estaba viva, su corazón se escuchaba a metros.

Se arrojó al piso a su lado y tomó su cabeza con delicadeza y la colocó coml si fuera una muñequita de cristal entre sus rodillas. Sentía y oía su corazón latir con más fuerza de lo normal. Su inhalación era larga pero su exhalación corta. Respiraba como un caballo amenazado.

La sangre en su equipo de combate era dorada como el oro. Estaba fresca. Con un dedo, paso arrasando un poco de esta y llevandosela a la boca.

Sabía dulce. Más dulce de lo normal. Sentía en su interior algo raro. Pero algo bueno. Sentía que se recuperaba de sus heridas.

-¡Alejate de ella!- ordenó con fuerza alguien. Tenten.

Ignorandola, acarició su pelo. Estaba suave, y a su vez pajoso por la sangre salpicada.

Su rostro mostraba tranquilidad. Como si no hubiese sucedido nada de nada. Como si fuera de noche, y la viera dormir en sus aposentos hasta meterse en sus sueños más profundos.

Su boca parecía más rosada y sus pestañas más largas. Su piel estaba más blanca pero con color en sus mejillas apenas. Parecía recién pintada. Parecía pintada, una obra magnífica de arte.

Como los Ángeles. Estaba delicada, a pesar de ser una guerrera. Una guerrera fuerte.

Él tomó su mano y acarició sus dedos fríos y su Palma cálida como el verano.

Las runas estaban de un color dorado oscuro. Hacían contraste con su piel blanquecina como la porcelana limpia.

Poco a poco, fue abriendo los ojos. Una obra de arte salía de su retrato. Quizás era humano pensar eso. La belleza de una mujer. Una mujer bella.

Parpadeaba muy despacio para abrir tan poco los ojos.

Como si le estuviera molestando la luz. De a poco, mostró sus ojos. Una mirada confusa y desorbitada.

Sasuke se sorprendió ante los que estaba viendo. Había cambiado. Su color de ojos. De unos minutos a otros.

Su ojo izquierdo, era de color Jade. Ese verde opaco, que resplandecia en ella como misterio. Como un asesinato.

Y el derecho, igual al de su sangre. Dorado. Como el oro. Mostraba su pureza amarillenta al estilo más delicado.

Sintió una punta en su espalda que se clavaba constantemente. Esa persona que le insistió dejar viva a Sakura.

Giro su cabeza, y estaba Tenten con su Ballesta apuntando sobre su antebrazo y cargada con uno de sus virotes.

-Alejate de ella- ordenó remarcando cada palabra.

Sasuke, sorprendido, miró a Sakura. Poseía una mirada más... fría y no mostraba mucho. Buscaba ayuda. Pero no la encontró.

Se levantó con las manos arriba, mostrándose desarmado. Sakura por su parte, se quedo sentada como India mirando la escena sin interés.

Sasuke, a una velocidad imposible, desaparecio.

No se iban a separar por eso. La vería, lo sabía perfectamente.

Tenten ayudó a levantar a Sakura y ella la miró preocupada. Y más ante sus ojos.

Sakura dirigió su mirada hacia abajo en señal de inocencia.

-¿Estas bien?- pregunto con miedo.

Ella levantó su mirada del piso.

Confundida, reaccionó.