Era increible.

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6 de Octubre

Hago una pequeña maleta, metiendo un pijama , varios conjuntos y zapatos, un neceser, y la cierro.

Cuando pasa una media hora suena el timbre de mi casa, lo que indica que ya ha venido Eva a por mí y a por mi hermano. Bajo junto a mi hermano y abro la puerta, encontrándome así a Eva, le doy dos besos y nos montamos en el coche para ir a su casa. Cuando llegamos dejamos nuestras maletas en el cuarto de invitados, en el que dormiremos los dos, o lo más seguro es que no. Bajo al salón donde se encuentran los gemelos a los que aún no he saludado. Le doy un pequeño golpe en el hombro a Jesus, el que se da la vuelta y me mira, tardando poco en abrazarme, le correspondo al abrazo depositando un beso en su mejilla derecha, sonrío y me separo.

-Feo- sonrío y le revuelvo el pelo, sabiendo que odia eso- ¿qué tal?
-Genial fea- me coloca un mechón de pelo tras la oreja- que ganas tenía ya de veros.
-Pues me vas a estar viendo durante una semana completa.
-Con el que te está mirando deseoso de darte un abrazo detrás tuya, no creo que te vea mucho.

Me giro y veo a Dani sonreír de brazos cruzados, sonrío a la vez y ando rápido hacia él, haciendo que me abrace muy fuerte mientras deposita varios besos por mi pelo, le miro aún abrazada a él y me sonríe, acercando así sus labios a los míos y uniéndolos perfectamente, moviéndolos, como si se hubieran echado en falta todo este tiempo. Me separo sonriente y apoyo mi cabeza en su pecho, inhalando el olor a perfume que suele tener siempre, me separo y le acaricio la mejilla.

-Tonto- sonrío volviéndolo a abrazar por la cintura-te había echado de menos.
-Bonita- dice sonriendo, sabiendo que echaba en falta que me llamara así- por fin estás aquí.
-Si, y una semana, no veas lo que voy a tener que aguantar.
-Muchísimo- sonríe y me agarra la mano, jugando con nuestros dedos- vas a dormir todas la noches conmigo, vamos a dormir las siestas juntos, y vamos a pasar todo el día juntos- susurra en mi oído, haciéndome sonreír ampliamente.
-¿Me dejarás respirar? ¿O no?
-Puede, me lo tengo que pensar- río a carcajadas y me pongo la mano en la cabeza.
-Madre mía lo que me espera.

Me doy la vuelta y me siento en el sofá, sintiéndome como en casa. Centro mi vista en la tele, poniendo toda mi atención en lo que dicen, hasta que noto como una mano se pasea por mi pierna lentamente, haciéndome cosquillas, aparto mi vista y miro la mano, sabiendo que es la de el pesado que tengo como novio, sonrío y le miro. Se acerca a mí y me abraza por la cintura, pongo mi mano en su pelo y le acaricio, sabiendo que le encanta que haga eso.

-Vamos a mi habitación, por favor- dice mirándome y haciendo pucheros.
-No- sonrío siguiendo con lo que estaba haciendo.
-Pero que más te da- me hace cosquillas en la barriga y me muevo apartándome un poco- venga va.
-Dani, que no, ¿qué vamos a hacer en tu cuarto?
-Estar solos, hace mucho tiempo que no lo estamos- dice alargando un poco la última palabra- quiero un poco de mimitos, por favor.
-Que pesado Dani- me mira sorprendido y sonrío- es que siempre tenemos que estar los dos solos.
-No, enserio, solo ahora, quiero estar contigo un rato- se levanta y me coge de la mano, aún sin yo querer.

Me levanta y me lleva a su cuarto, cerrando tras nuestra la puerta con seguro. Deja su móvil en el escritorio y me mira. Se acerca sonriente y me abraza fuertemente, alzándome y dejándome caer en la cama. Sonrío y me siento, me mira fastidiado y se pone encima mía, haciéndome caer de nuevo en el cómodo colchón, apoya sus codos al lado de mi cabeza, sin dejar caer el mínimo peso sobre mí. Me mira sonriendo y se acerca a mis labios, besándome suavemente, le correspondo al beso con ganas y le acaricio el pelo, se separa y se levanta para poner el móvil en silencio, el que acaba de sonar, vuelve a la misma posición de antes y me vuelve a besar, pero apasionadamente, levanta una mano, posándola sobre mi cintura y subiendo poco a poco mi camiseta, se separa y deposita pequeños besos sobre mi cuello, acertando en mi punto débil. Sigue subiendo la camiseta hasta quitarla, vuelve a besar mis labios rápidamente hasta quitarse su camiseta, baja la mano hasta el broche de mi pantalón, pero lo paro, como llevo haciendo habitualmente hasta que llegamos a este paso. Suspira fastidiado y se levanta cogiendo su camiseta del suelo y poniéndosela de nuevo. Hago lo mismo y me siento, colocándolo todo un poco mejor. Le miro y se toca el pelo nervioso.

Y por ti, llegar a lo más lejosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora