Mi nuevo crush [1]

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Mi nombre es _____ López, especial y original, un defecto de fábrica, soy mexicana pero tengo ascendencia francesa, inglesa, y de otras, por eso en la calle no me encuentran parecido con todos estos gatos envidiosos de Mejico.

Estudio en el colegio más prestigiado de la Ciudad de México, voy al Estarvucs a diario, tengo un Lamborghini Veneno. Todo eso y más porque a mi papi le va muy bien en sus negocios esos. No entiendo mucho de eso pero sé que produce unas plantas verdes que disque son ilegales, y unos polvos bien buenos. Yo no me meto porque sus trabajadores son puros naquitos.

Menos "el Yeison". Está bien buenote el wey, y tremendas cogidotas que da. Los mejores 19 cm que he probado en estos 17 años, definitivamente.

***

Estaba en mi mansión, en mi habitación mirando cuantos likes tenía mi última foto de perfil. Agh.

Sólo 1,928. Pensé.

Debía subir ese número si quería mantener mi reputación. Traté de pensar en ideas pero sentía como mi cerebro se esforzaba de más. Me pasaba seguido.

Alguien tocó a mi puerta.

Corrí rápido al verme en el espejo del tocador, me bajé un poco la blusa para que se me viera el escote y viera (quien quiera que sea) que no soy para nada una tabla de surf.

Volvieron a tocar.

Di pasos refinados hacia mi cama y me senté.

-Adelante -dije.

Entró una de las muchachas que atendían mis necesidades, Chepina.

-Señorita _____, su novela acaba de comenzar, y es un capítulo nuevo...

-¡No digas más! -amaba ver La Rosa de Guadalupe, era la mejor serie de la vida, sólo que no les decía a mis amigos porque me dirían naca y psss, no quiero eso, ellos nomás ven esa de la güera malnacida... EscrimKuins o la chingada.

Salí de mi habitación con olor a mi nuevo perfume Avon.

Bajé a la planta baja. Caminé al comedor, ya que me dio mucha hueva ir al cuarto piso a la sala de proyecciones.

Le dije a Coco, otra de las muchachas que me pusiera El Kanal de las Estreyaz, para ver LRDG. Y que me trajera unos tacos de pastor rapidito.

Me senté frente a la televisión, había comenzado el programa y lo disfrutaba comiendo mis tacos con reteharta salsa de la que pica, y obvio con cebolla y cilantro para hacerlo más light, hasta que escuché una voz muy sexy y la de mi papi charlando sobre los negocios.

Bajé el volumen de la tele, aunque ya me estaba calentando la trama del capítulo, y opté por escuchar.

Hablaban acerca de como hacer desaparecer a alguien del país o algo así escuché.

Como soy medio chismosa fui a ver. Mi papi estaba sentado en la sala en frente de un señor.

Miré al hombre desconocido, se veía bien sabrozo. Notó que observaba su entrepierna y nuestras miradas se cruzaron en el momento en que me mordía en labio inferior.

Lo reconocí de inmediato, esa inigualable sensualidad, el bigote como estropajo, y esa seductora mirada... Sólo podía ser él.

El narcotrafiante más buscado hasta entonces.

El Chapo, El Chapo Guzmán.

El Chapo Guzmán y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora