El Chapo Guzmán y tú

La otra [4]

Ese momento me recordó un pedazo de chapter de "El señor de los cielos". Me parecía etsitante ver el narcotrafico de esa forma, y ni hablar de los corridos.

Mi cantante favorito era Julian Álvaro, papazoteh.

Entramos a la mansión y Juaco me llevó a su habitación.

Cuando me acerco a su cama veo ahí a una pinche golfa arrastrada.

-¡Kate del Castillo! ¡Zorra! -grité.

-¡AY WEY! ¡¿Y tú quién eres?

Miré a mi hombre.

-Te dije que había alguien más, boluda.

Entonces me di cuenta...

Él tenía otra perra, yo era una pendeja, el era precioso, yo era una mojigata sin remedio y él era fascinante hasta el infinito y más allá. Me tiré como pendeja al suelo, como si fuera un jugador del América, y pensando que si las personas fueran lluvia yo sería una llovizna de ácido y él; un huracán plagado de tiburones.

Fue inevitable llorar porque había sentido bien culero.

-¿Por qué no me dijiste que haríamos trío? -preguntó Katherine del Palacio.

-¿Cómo, amiga? -escuché hablar al Chapuh.

-¿Cómo que cómo?

No podía soportar más de sus pendejadas, valían verga. Así que me paré sin dejar el SWAG YOLO madafaka.

Y corrí como pasiva hasta la pinche puerta.

(De paso agarré unas chingaderas que había ahí llenas de polvo blanco).

Logré salir de la casa y como en un pasado sentí que alguien me tomó por la muñeca. Me hizo girar y ver a la persona a los ojos.

Era la suripanta de mi hombre.

-Nomás quería decirte algo...

-¿Qué? Perrha.

-Me gustas, te gusto, ¿pa' que nos hacemos? Te llevo la banda y nos amanecemos, seré detallista, me encantas, la neta; te lleno de rosas mis dos camionetas, no es por presumir pero soy buena opción bonita pareja haríamos tú y yo... Piénsalo.

-No mames.

Me largué cuanto antes, debía estar lejos de esa mujersuéla.