VOLUNTAD

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Fuiste tú quien inicio este extraño juego del estaría y afloje, yo no siquiera había besado a una mujer y sin embargo te las ingeniaste para que no pudiera vivir sin tus labios, no te basto con robarme ese primer beso reservado para la dama que yo amara. Acabábamos de cumplir diecisiete te invite porque después de todo ahora teníamos eso que se llama amistad, bebimos un poco, te invite a aquel lugar secreto donde seguimos compartiendo una cerveza me dio risa escuchar que aquella era la primera vez que lo hacías. Me miraste profundamente podía ver al violeta de tus ojos a pesar de la oscuridad, cada vez más cerca, tu aliento lentamente se deslizaba dentro de mi boca, ahora tus labios estaban contra los míos invitándome a sentir un poco más soy un ser humano así que no lo resistí.

-Nadie nos vera –susurraste en mi oído.

Tu aliento en mi oreja detono un escalofrió en todo mi cuerpo, y sin embargo obedecí nuestros besos eran ahora más profundo y apasionados. Tus manos rodeaban mi cuello, esa situación era tan nueva para mí que sólo me limitaba a corresponderte los besos pero me di cuenta de cómo nuestras respiraciones se entrecortaban entre cada beso. El sabor de tu labial era de fresa, tu lengua hábil y juguetona envolvía a la mía con la intención de hacerla adicta a su sabor cosa que con tres besos sucedió, sentí tu pecho sobre el mío y en un acto de osadía intente tocarte al instante me detuviste.

-Por hoy es suficiente –fue lo que dijiste tomaste tu cerveza y te marchaste.

Me dejaste en medio de ese paisaje estrellado con la cabeza llena de preguntas, ¿qué había sido todo eso?, ¿por hoy era suficiente?, ¿acaso abría más de aquello?

En efecto así fue me buscabas cada vez que pensabas que nadie nos veía o que te sentías sola, en cada encuentro me dabas un poco más de ti sin embargo desde nuestro primer beso yo te di todo. Eso no era justo, un encuentro en la cabaña y me dejabas tocar tus nalgas, otro en el minigolf y puede sentir tus senos, uno al mirador y me dejaste explorar tu intimidad por primera vez. Pero eres egoísta tú ya conocías mi cuerpo de pies a cabeza, cada uno de sus rincones, cada uno de los puntos que estallaban mis sensaciones, mis gemidos e incluso mi cara llena de placer orgásmico.

Te gustaba pensar que eras dueña de mi voluntad, y claro que lo eras porque cada curva de tu cuerpo me parecía el misterio más grande por explorar, tus ojos un inmenso océano en la cual valía la pena perderse es más dios me encanta tu oxigenado cabello con ese embriagante olor a durazno.

Pero tu error mi amada Pacifica fue subestimarme, subestimar mi voluntad, mi voluntad de hacerte mía y de nadie más.

Jamás sospechaste de aquel encuentro tu palabra para describirme siempre fue "ingenuidad", te dije que aquella era un cena romántica por los meses que llevábamos en esa relación a escondidas no te sorprendió ya que no lo negare soy cursi.

Te vende los ojos que podría ser más romántico, te dejaste conducir por mí, me gusto saber que confiaras tanto en una persona y que esa persona fuera yo. Ese día no habría nadie en la cabaña solo tú y yo, te lleve hasta mi habitación decorada lo más sensual posible un error mío porque no la verías no la menos en un par de horas.

Ayude a que te sentaras en la cama, bese tu labios con ternura, reíste y me dijiste que nunca habías salido con una persona tan "tierna" claro con tu habitual tono sarcástico. En un movimiento que no esperaste te espose a la cama, intentaste quitarte la venda pero no permite por el contrario ahora estabas esposada de ambas manos a la cabecera. Dijiste mi nombre con molestia y que aquello no te parecía "gracioso".

-No busco que sea gracioso Pacífica, quiero que sea estimulante –dije mientras ataba tu tobillo.

Reíste una vez más me conoces lo bastante para saber que aquello más que nada sería una guerra de voluntades y sólo alguien podía ganar. Termine de atar tu otro tobillo dejando un poco de libertad para que te movieras, qué sentido tendría si no te sentiría retorcerte debajo de mí.

TEORÍA DE INGRAVIDEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora