Amarga tristeza

Un amor confundido

Mi cuerpo rebosa de odio hacia una persona que ama. Mi cuerpo anhela el calor de una persona tan pasional como fría, tan agresiva como dulce, tan completa como rota . Mi cuerpo pide a gritos sus susurros en mi oído.
Añora sus enfados, desea sus penas, mi cuerpo está confundido. Mi cuerpo lo desea, mi mente no. Mi mente lo odia, lo ama. Mi mente llora al recordar momentos tan dulces con él. Mi mente repite sus frases, sus expresiones, todo mi ser lo hecha de menos. El hecho de que fuese prohibido, era lo que te enganchaba a pecar consigo.
Pero tengo miedo de seguir sufriendo. Mi cuerpo acostumbrado al frío, tiene miedo de volver,de dejar las cálidas y turbias aguas en las que nadabamos, las sabanas que fueron testigos de nuestra pasión. Tengo miedo de volver atrás, de perderme, o de no volver a en contrarme.
No sabía que estaba perdida hasta que me vi en esos penetrantes, profundos, apasionados ojos, que me enloquecieron.
Te amo por enseñarme un mundo desconocido por mi, por inculcarme valores que nunca estuvieron en mi vocabulario.
Te amo por enseñarme a vivir, a pensar que la vida es un suspiro, a soñar que los sueños se pueden convertir en realidades, a cantar relatos nunca escuchados, a gritar sin miedo a las miradas, a volar sin la necesidad de unas alas.
Soy un conjunto de emociones que se desbordan en un cuerpo que se basa en el control, soy los contrario de lo que fui, soy un antítesis de lo que fui. Pero se que no soy lo que en un futuro llegaré a ser.
Se que un minuto contigo equivale a mil años sin ti, y se que no me amas de la manera que yo te amé ati.