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De pronto una luz me cegó y estaba segura que no era la del sol.

Me protegí los ojos con las manos y cuando las quité pude ver que la luz venía de una linterna y la linterna era de un durstig. Mi corazón se aceleró pero sabía que debía correr, voltié a ver a Salvador y como leyendo mi mente asintió y eché a correr hacia mi derecha.

Corrimos agarrando desprevenidos a los durstig, eso nos dió una pequeña ventaja, si seguía corriendo me podrán ver y me atraparán, así que busqué un lugar en el que pudiera esconderme. No muy lejos de mi divisé cuerpos inertes, cadáveres, no quería ir para allá pero no tenía opción, era ir a los cadáveres o arriesgarme a que me maten.

Corrí en dirección a los cadáveres, podía finjir que era uno más del montón o simplemente usar los cadáveres como barrera. Opté por la segunda opción.

Oía las pisadas de los durstig de allá para acá, nos estaban buscando. Sus respiraciones agitadas me ponían la piel chinita.

Estaba asustada. no sabía que hacer o a donde ir. Lo único que me mantenía oculta de los durstig eran los cadáveres amontonados en hileras de forma desordenada. Tengo que sobrevivir, me dije, tengo que sobrevivir para encontrar a mi familia.

Me asomé por arriba de los cadáveres. No había rastro de Salvador. El está bien, Lila, no te preocupes, está bien. Me repetía a mi misma.

Algo a mi derecha me llamó la atención, algo cerca de otro grupo de cadáveres se movió. Una mano, ¿Una mano?, ¿Entonces no son cadáveres?. Entorné los ojos para poder ver mejor. Entonces lo ví. Una cabeza que estaba segura que era de un niño se asomó por un lado de ese grupo de cadáveres. El corazón me subió a la garganta. Ese niño puede ser Lucas.

Usando los montones de cadáveres para no ser vista. Llegué hasta donde había visto al niñito. Pero cuando lo ví me desanimé un poco, ese niño no era Lucas. Pero se veía de su misma edad. Temblaba de pies a cabeza. Tenía miedo, y no lo culpaba. Tiene muchas razones para temer.

- Hola, ¿Cómo te llamas?

- Por favor no me mates.

Eso me partió el corazón y tuve que aclararme la garganta varias veces para no llorar. El debería de estar escondido de sus amigos, jugando a las escondidas, y no escondido de unos tipos armados, por una maldita guerra. Tranquilo, no te haré nada, no soy como ellos. Le dije, entonces el niño se paró de donde estaba y rodeó mi cuello con sus brazos. Gracias, dijo, eso hizo que las lágrimas rodearan por mis mejillas. Cuando me soltó me sequé las lágrimas con las manos y le sonreí. ¿Cómo te llamas? le pregunté, Miles, dijo, muy bien, miles, yo me llamo Lila. Le dije sonriendo, ¡Que bonito nombre!, dijo, lo que me sacó una sonrisa.

Le iba a preguntar cuantos años tenía pero me sobresalté cuando una mano tocó mi hombro. Miles retrocedió asustado, pero lo tranquilicé disiendole que era un amigo. Si, era Salvador. Cuando Salvador vió al pequeño niño que tenía frente a mi, sus ojos se agrandaron ¿Quién es?, ¿Es Lucas, tu hermanito? Preguntó arrodillandose con dificultad frente a él, No, él es Miles, le dije y después agregué ¿Qué te pasó en la pierna?¿Te dispararon? dije un poco preocupada, si, pero no pasa nada, y después se volteó a ver a Miles mucho gusto, Miles, me llamo Andru. Le iba a decir que me dajara ver su pierna para curarla pero en vez de eso dije ¿Qué?¿A mi no me dijiste tu nombre pero a él si? desgraciado. Él voltea a verme y sonriendo me dice, me llamo Andru , pero para ti soy Salvador, tu salvador, dijo remarcando la palabra "tu" y guiñandome el ojo, y por cierto, no se como te llamas, linda. Mucho gusto soy Andru pero puedes decirme Salvador ¿Con quién tengo en gusto?,rodé los ojos, Mucho gusto Salvador, soy Lila, le respondí, Lila, bonito nombre, te diré Lili, dijo mirandome a los ojos, ¿Lili?, pregunté confundida, si, Linda Lila, ¡Lili!, yo solté una carcajada, este chico me iba a volver loca.









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