La Tercera Guerra Mundial.

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Decidimos que era buena idea salir de nuestro intento de escondite, los dursting podrían volver en cualquier momento, y en serio no queríamos eso.                                                                                                                                                  Salvador... o ¿Andru?, bueno , el chico que me salvó, estaba al frente, y Miles y yo detrás. Miles parecía haberse calmado un poco, pero me había tomado de la mano, acto de que todavía se sentía inseguro. Estábamos atravesando por la parte más frondosa del bosque, no había rastro de algún otro ser viviente; sólo estábamos Salvador, Miles y yo. 

Ya habíamos caminado por un tiempo considerado, pero parecía como si avanzáramos en círculos, sólo se podían ver árboles, caminos, más árboles y muchísimos caminos más, no había señales de vida , aunque eso podía ser bueno ya que eso significaba que no parecía haber dursting cerca de nosotros .

Llegamos a una zona en la que consideramos que podríamos acampar.
Ya era tarde para desayunar, así que saque los sandwiches que quedaban para compartirlos. Miles en cuanto los vio le brillaron los ojos, ¿hace cuanto habrá sido la última vez que comió?. Le Sonreí y le di uno de los sandwiches, a Salvador dos y a mi otro, no era mucho, pero era mejor que estar con el estómago vacío.

Miles, un niño de alrededor de cinco años, sólo en el bosque, en medio de una guerra.

- Miles ¿puedo preguntarte algo?

- claro - dijo aún comiéndose el sándwich

- ¿Donde está tu familia? - en cuanto hice la pregunta el semblante de Miles cambió, se volvió triste.

- No lo sé - dijo - no lo sé - repitió con la mirada perdida.

- Bueno, pues podemos buscarla aprovechando que también buscamos a la mía - le contesté sonriendo tratando de animarlo.

- ¿en serio harían eso por mi? - pregunto Miles con una sonrisa de oreja a oreja.

- Claro que si Mil - le dije abreviando su nombre - ¿que podría pasar?.