Capítulo 4: "Malos Reflejos"

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//Nero//

Bueno, quizás Dante no era tan egoísta después de todo.

Caminé junto a _____ en silencio, me sentía un poco cansado, o quizás sólo era una excusa que me daba a mí mismo para no hablarle.

Luego de unos minutos de extraños silencios llegamos al parque.

-Bueno, aquí es.

-Lo noté.-Me dijo de una manera un poco fría.

Observé hacia todos lados y me llevé una sorpresa, para estar infestado de demonios, extrañamente estaba lleno. Nos adentramos en el lugar y pude observar en el rostro de _____ un leve cambio.

-¿Te sientes bien?

-Claro que sí -Dijo muy segura- ¿Qué te parece si aprovechamos la situación de que estamos en un parque de diversiones y jugamos un poco?

-Eso no es muy profesional.

-¿Acaso Dante es totalmente profesional? -Me miró enarcando una ceja. Ella tenía razón, quizás el viejo hubiera dicho lo mismo. Le respondí rodando los ojos, y la albina me soltó una pequeña risa.- Venga, vamos.

Me tomó de la mano y nos subimos a la montaña rusa.

Gran error.

Tan sólo al bajarme sentí que todavía todo me daba vueltas, me quedé quieto por unos segundos intentando recomponerme.

-¿Tan sensible eres? -_____ se burló de mí, ya al tranquilizarme noté a la chica un poco incómoda.

-¿Pasa algo?

-No, no es nada. -Comenzó a avanzar por su cuenta, y se acercó a un puesto de puntería. Me acerqué bastante a ella y pude ver como la chica se disponía a jugar. Era algo simple, sólo según donde apuntases con la flecha en los 3 intentos se te asignaría un puntaje.

Me dediqué a observarla delicadamente, tomó la saeta con cuidado y comenzó a tensar el arco, parecía tener experiencia, pero aun así la flecha no dio en el objetivo, sino que quedó muy cerca.

Me posicioné detrás de ella y le tomé las manos.

-Tensas muy anticipadamente la flecha. -La ayudé y juntos hicimos el tiro perfecto.

-Gracias, pero esta vez quiero intentarlo sola.

-Linda manera de rechazarme. -Bufé de una manera casi inaudible. Ella siguió mis consejos, la flecha ya estaba en sus últimos segundos de tensado, sólo tenía que despegar sus dedos suavemente y atinaría.

Y lo hizo.

Pero parecía que su blanco era diferente al que había propuesto el vendedor.

El hombre quedó con la flecha atravesada entre sus ojos.

-¡¿Qué acabas de hacer?!

//_____//

Nero estaba desesperado.

-Tranquilízate, sólo hago mi trabajo.

-Somos cazademonios, no cazahumanos.

-Lo tengo muy claro.-Nero comenzaba a comprender, el hombre comenzó a transformarse en la bestia que era, y antes de que pudiera terminar, desenfundé mi pistola y le disparé en la cabeza rápidamente.- Nunca fallo un tiro.

-Nunca lo pondré en duda-Me dijo sonriendo. Mierda, ¿por qué tenía que tener una sonrisa tan perfecta? Sus hermosos dientes combinados con sus ojos azules claros y su cabello blanco movido suavemente por el viento era una imagen hermosa. Y no podía dejar de verlo, hasta que unos gritos me distrajeron.

La gente corría hacia nosotros, y sin pensarlo dos veces corrí en la dirección contraria, de verdad quería trabajar con ellos, tenía que mostrarle lo mejor de mí.

Ellos estaban allí, pude contar a grandes rasgos unos 20, eran...pocos.

No dude más.

Desenfundé mis espada y corrí hacía un grupo pequeño, eran fáciles de matar así que no utilicé más armas.

Con una última estocada, decapité al último. Nero estaba un poco más lejos, parecía que Dante le hubiera dicho que no me ayudase, pero no me importaba.

Me acerqué a él a paso lento.

-Nada mal- Me sonrió. Pero, algo me decía que el terreno no estaba limpio.- ¿Pasa algo? -La preocupación se me notaba en el rostro.

-Siento que aún hay demonios.

-Quizás sólo es una sensación, nada más...-Me di vuelta no muy convencida, y vi a un niño pequeño llorando. Sentí la necesidad de ayudarle, pero algo no me dejó avanzar.

Era Nero.

Estaba tomando mi mano.

-¿Y si ese es el demonio?

-¿Y qué tal si no lo es y la verdadera bestia le hace algo? -Me libré de su agarre y me acerqué al pequeño. -¿Estás bien? -El niño no dejaba de llorar así que lo tome en brazos. No había rastro de sus padres. El albino no dudó en acercarse.

De la nada vi como los ojos de Nero se abrieron un poco sorprendido.

Estábamos en la boca del lobo.

Le entregué el niño al peliblanco y observé a la criatura. Era bastante grande, pero no me sorprendía.

-Vaya, vaya, ¿con qué una jovencita como tú osa retarme a mí? -La voz del demonio era demasiado aguda, y comenzaba a molestarme.

-Vaya, vaya, ¿con qué un demonio tan "imponente" posee una voz ridícula? -Tomé una de mis pistolas con una leve sonrisa- Acabar contigo será una delicia para mis oídos.

Le disparé en uno de los ojos e intentó atacarme con uno de sus 6 brazos, salté por encima y corrí hacia su espalda. Tomé un arma que no solía usar mucho, pero que era de gran utilidad cuando los enemigos era de gran tamaño. Era una soga con un pequeño arpón en la punta.

Con gran precisión lo posicioné en su espalda alta, y rápidamente subí. Aproveché el uso de mis tacones para enterrarlos en su piel y conseguir un mejor agarre.

Atravesé con mi espada reiteradas veces su piel, entonces, quité mis zapatos, y me solté suavemente de la soga abriendo una gran herida en su cuerpo.

Me tapé los oídos cuando chilló.

Corrí hasta estar al frente de la abominación y comencé a dispararle en la cara. Otra vez aventó uno de sus brazos, y aproveché para rebanárselo de un sablazo y llenarle de plomo en la herida abierta.

Cada vez estaba más débil, ya no le quedaba mucho, sólo era necesario hacerle un corte como el de la espalda en el pecho y caería muerto.

Así que repetí el proceso con éxito.

Cayó y sonreí triunfante.

Me acerqué a Nero que aún estaba un poco aturdido por lo que acababa de pasar. Una mujer se acercó a él y vi cómo le agradecía haber cuidado a su hijo.

Ahí lo noté. Lo sabía.

Su brazo, era demoníaco. Luego lo medité, por eso era que cuando lo vi en toalla ocultó su brazo rápidamente. Eso también explicaba el tacto tan áspero cuando me ayudó con la flecha.

-¿Quién es que tiene malos reflejos ahora? -Dije en tono burlón.

El chico tiró una pequeña carcajada.

-Tienes razón, tienes razón.

- Y, ¿qué tal? ¿Pasé el examen, supervisor Nero?

-No.

-¿Qué? -Dije asustada.

-Lo sobrepasaste, creo que te subestimé. -Volví a respirar- Será un gusto trabajar contigo.

I Make The Angel Scream And The Devil Cry (Devil May Cry-Nero y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora