Capitulo 3

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-¿Como es qué no recuerdas el nombre del chico que conociste en un bar y tuviste sexo?- Victoria gritaba recriminando a Amber.

-Vic, te das cuenta que lo que acabas de decir no tiene lógica alguna.

-A la mierda la lógica, yo quiero que me des nietos.

-Chicas ¿Le dieron sus pastillas?

-Amber, deja de tomar todo como un chiste. Tu necesitas estar en una relación, no quiero seguir escuchando tus quejas.

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Los próximos tres días Amber se la pasaba en las calles, por orden de sus amigas, para encontrar de vuelta a aquel chico. Creían que si lo volvía a encontrar entonces estaban destinados a estar juntos.
Todo eso sonaba ridículo para Amber quien no creía en el destino, aunque en el fondo quería encontrarlo y sentir que el destino si existía y estaba de su lado.

El caminar tanto la hizo sentir hambrienta y a unas pocas calles podía visualizar una tienda de comestibles, Amber apresuró el paso, trotaba sin ver el camino. Sólo quería un buen dulce que le quite el rugido del estómago pero luego se encontró tirada en el suelo con una fuerte presión sobre ella, tenía los ojos fuertemente cerrados y lentamente comenzó a abrirlos encontrándose con aquel color de cabello que tanto extrañaba, porque si, Amber lo extrañaba a pesar de haber compartido pocas palabras con el.

-¿Estas bien?- otra vez, cayo en los encantos de aquella voz. Aunque debió prepararse al ver esa cabellera que conocía bien, como si la recordara de toda la vida.

Amber se levanto con la ayuda de aquel chico, hasta que sintió un dolor en el brazo que hizo que lo soltara, por instinto, y se balanceara haciendo que cayera. Pero las manos de aquel chico se posicionaron en la cintura de ella sosteniéndola y evitando la caída. Las mejillas de Amber comenzaron a sonrojarse, se dio la vuelta para que el no la viera.

-E-estoy bien- sentía muchos nervios.

-¿Segura?

-Sólo es un pequeño dolor- Amber aún seguía evitando mostrar su rostro rojo. No entendía como aquel simple toque le había causado esa reacción. El la había visto desnuda, había tocado más allá y sin embargo sentia su cuerpo temblar cuando el tocó su hombro para saber si ella se encontraba bien. Al darse vuelta lo vio directo a los ojos y creyó ver un destello en ellos. Fue en ese momento que esas acciones no eran por pura excitación y llevaban mas a lo emocional.

¿Por fin la suerte estaba de su lado y le trajo al hombre que llevaba pidiendo durante mucho tiempo?

Tal vez, y sólo talvez, a Amber comenzaba a gustarle. Y si este era el regalo que le dio el universo entonces iba a aprovecharlo al máximo. Ya era hora de que ella de varios pasos hacia adelante.

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A comenzar el viernes de una buena manera.

Suerte~

Casualidad «Amber y Jimin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora