____.
-Es un joven encantador.- dice mi madre
Rio irónica.-No, no lo es.- digo convencida de ello para mi misma.
Es un imbécil.
Todavía no puedo creer que no sé haya atrevido a tocar mi habitación antes de entrar, es un jodido, que le den.
-Tienes que traerlo más seguido.
-Mamá, creo que es mejor que salgan de mi habitación.- digo tratando de demostrar mi enfado.
Ellos giran a verse entre sí.-Sí, bueno, vamos.- le dice mi padre para luego marcharse dejándome sola.
Espero no diga nada de esto a nadie o mi reputación estará por los suelos, es decir, no pasa nada malo, pero no confío en él para nada y no estoy segura de que no le diga nada a nadie.
Solo tengo miedo y vergüenza al saber que me vió como nunca debió haberme visto.
Es un cabrón.
[...]
Mario.
Entro a casa, el frío afuera es tremendo y el reloj marca las ocho y cuarto de la noche, para mí suerte y como ya es de costumbre, mis padres no están.
Subo directamente a mi habitación y decido tomar una ducha antes de acostarme.
No tengo apetito así que cepillo mis dientes antes que nada.
Al salir de ducharme me acuesto pensando en todo lo que pasó hoy y no puedo evitar removerme intranquilo en mi cama.
No podía dejar de pensar en aquella mujer de cabellos largos y hermosa piel.
Su cuerpo semidesnudo y sus labios color cereza.
¿Qué causa su inseguridad?
Es lo más hermoso que he visto en toda mi vida, nunca lo note, era como su pequeño secreto.
No descansaré hasta ganar esa jodida apuesta y tenerla en mi casa pidiendo por más, de solo imaginarlo se me paraliza el corazón.
Será muy fácil para mí, siempre lo ha sido.
Nisiquiera quiero imaginar el drama que hará Madison cuando la deje mañana mismo, esa pequeña perra será un dolor de cabeza.
[...]
____.
Tomo mi libro de inglés para luego colocarlo dentro de mi mochila.
Y justo cuando cierro la pequeña puerta del locker pego un pequeño brinco al ver de repente a Mario parado detrás de este viéndome con una mínima sonrisa.-¿Trajiste el trabajo?.- me pregunta sin decir más nada.
-Ah, sí.- hablo tímida.-Está en mi mochila.
Él asiente.-Nos vemos luego, pequeña.- dice marchandose como si nada.
¿Pequeña?
No es verdad.
Ruedo los ojos y prefiero seguir mi camino topandome con algunos chicos antes de entrar a clases y ver a Diana hablando con la profesora antes de que toquen el timbre.
[...]
Mario.
-¡Ey, Mario!.- dice Mau llamando mi atención.
Veo que está junto a Sebastián y me acerco a saludarlos animadamente.
-¿Qué hay?.- me pregunta Sebastián espectante.
-¿A qué te refieres?.- pregunto burlon.
-¿Haz empezado con el juego?.- aclara a lo que Mau sonríe.
Niego.-Tranquilos, no coman ansias, esto no es fácil para mí...- explicó mientras empezamos a caminar a clase de inglés.-Si prosigo con esto, tengo que dejar a la chillóna de Madison antes de que hayan problemas.
-Haz lo que sea necesario, ya luego arreglas las cosas con ella otra vez.- responde Mau de forma neutra.
-Ni loco vuelvo con ella.- ríen.-¿Pueden imaginar la gran escena que me va a armar al decíselo?, todo esto me da dolor de cabeza antes de tiempo.
-Tú tranquilo, no creo que sea la gran cosa.- dice esta vez Sebastián.
-Como si no la conocieran.-digo sin más.
Mau se agacha de hombros.-Nosotros te ayudaremos, solo hazlo sin culpa, sabes que nada dura para siempre, además no la amas realmente, ¿o sí?.
-Ni de broma.- aclaro.
Llegamos a clases y visualizo un escritorio vacío justo detrás de ____, giro a ver a mis amigos y me animan minuciosamente a que lo tome, les hago caso y paso al lado de ella causando que se ponga nerviosa.
Me siento detrás de ella y veo como sus hombros se tensan. Sonrío al ver aquello y decido acercarme, pero justo el timbre suena ruidosamente apoderándose se toda la universidad causando así que las clases den inicio.
La profesora empezó a impartir su aburrida clase, pero no quise perder mi tiempo poniendo atención, así que decidí perderlo en otra cosa.
Veo como unos cuantos mechones de cabello caen sobre mi pupitre y decido jalar de manera suave uno de ellos para molestar a ____, pero parece no ponerme atención al principio.
Vuelvo a enrollar mi dedo en el mismo sitio y jalar de este un poco más fuerte que la primera vez captando así su atención, al parecer estaba levemente sonrojada.
-Imbécil.- me susurró causando que una pequeña risa saliera de mí garganta.
Es la primera vez que me llama así, lo cual, me causa un poco de gracia.
Tiene valor para llamarme así después de todo.
Pequeña rata de biblioteca.
-Tienes ovarios, ¡eh!.- le susurro en el oído de forma suave haciendo que su nerviosismo crezca.
Ella gira enviandome una mirada fulminante para luego volver hacia al frente.
Vulvo a jalar un mechón y me acerco nuevamente a su oído.-Debes sonreír más o te van a salir canas antes de tiempo.
Ella rueda los ojos y gira a verme ya cansada.-Tú me estás sacando canas ahora.
Me sorprendo un poco al ver lo atrevida que es y prefiero dejar de molestarla de una buena vez, porque al final el de las canas seré yo mismo.
-Eres una bruja.-le digo para luego prestar atención a la profesora de lengua.
Está chica es más difícil de lo que pensé, debería ir relajandose antes de que termine quedándose sola y amargada por el resto de su aburrida vida.
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El Popular Y Yo. |Mario Ruiz|
FanfictionCuatro palabras: Lentes, cola, y ropa anticuada.