[...]
-Y por último Lachowsky con Ruiz, ¿correcto?...- al escuchar eso abro los ojos de par en par sin poder creer tal aberración, ni loca puedo estár con él.-Pueden juntarse con su compañero indicado y así ponerse de acuerdo sobre el tema que llevarán a cabo, ¿está bien?.
Giro a ver a Mario el cual pone los ojos en blanco y se para de su asiento para luego empezar a dirigirse hacía mí, pero de inmediato giro hacía la profesora y alzo mi mano causando que él pare en seco.-¿Sí, ____?.- pregunta la profesora mientras me observa detenidamente.
-No estoy de acuerdo con mi pareja, ¿puede cambiarla?- pregunto firme.
-Lo siento, ____, pero no puedes, necesito a alguién que haga trabajar a Mario y quién mejor que tú para hacerlo.- dice mientras gira a verlo.
Asiento sin más y observo como se sienta en el escritorio que está detrás mío para después empezar a jugar con un lápiz que lleva en la mano.
Yo solo asentí y vi a Mario sentado en mi escritorio jugando con mi lápiz.-¿En tu casa o en la mía?.- me pregunta neutro sin verme a la cara.
-Donde sea, me dá igual.- hablo un poco molesta por su patanería.
-¿Están tus padres por la tarde?.- me pregunta dejando el lápiz donde lo encontró anteriormente.
-No...- digo seria.-No están.
-Entonces hagamoslo en la tuya, por la tarde mis padres se encuentran en casa.- dice viéndome fijamente causando que me ruborice al instante.
Joder.
-Está bien, ¿te parece a las cuatro en punto?.- digo mientras agacho un poco la cabeza para que él no pueda notar mi mejillas rojizas.
-Perfecto, nos vemos hasta entonces.- dice parándose.
-¡Oh, espera!...- le digo captando de nuevo su atención.
Él alza una ceja borde.-¿Qué?.- me pregunta harto.
-Mi dirección, debo dartela para que llegues o quizá te pierdas.
-No la necesito, sé dónde vives.- aclara para después irse y dejarme con la palabra en la boca.
¿Realmente sabe dónde vivo?, ¿cómo lo sabe?.
[...]
Al salir de la universidad me dirijo directo a mi casa, pensando en lo que podría ocurrir está tarde cuando Mario llegue.
Entro sintiendo el delicioso aroma a la comida que mi mamá ha preparado y un gruñido proveniente de mi estómago me hace saber que está más hambriento de lo normal.
Tiro mi mochila en el sofá y camino hacía donde la cocina encontrandome con mis padres y mi hermano mayor. Los saludo y me siento a compartir con ellos en el comedor.
-Mamá, papá, hoy vendrá un compañero a realizar un trabajo que nos ha dejado la profesora Marshall.- aviso para que no haya ningún mal entendido con ninguno de ellos.
Ellos asienten mientras mi hermano sólo se encoge de hombros sin importancia alguna.-Está bien, ____, sabes que tus amigos son bienvenidos aquí.- dice mi padre llevándose una cucharada de sopa a la boca.
Sí, claro, amigo.
-Gracias, papá.
[...]
Me encontraba en mi habitación leyendo un libro cuando el timbre de la casa suena avisando que alguién ha llegado.
Sé quién es.
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El Popular Y Yo. |Mario Ruiz|
FanfictionCuatro palabras: Lentes, cola, y ropa anticuada.