¿Los colores?

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¡Vaya! Pensé que nunca acabaría. Terminé con la última caja. A pesar de haber desempacado el apartamento aún parecía demasiado grande. Mire a mi alrededor me encontraba en una linda sala había un gran sofá blanco, en el centro enfrente de este un mesita arriba de una alfombra color rosa palo, era linda, me encantaba. Mi madre y yo la habíamos comprado para mi habitación. El recordarlo hacia un horrible nudo en mi garganta, ella ya no estaba, nunca más me obligaría a ir de compras con ella... Deje esos pensamientos de lado y camine hacia la puerta, todo el departamento tenía recordatorios de ellos, mi madre, mi regañón padre... Pero me fue imposible no hacerlo de ese modo todo lo que había aquí era el recordatorio que tenía de ellos, lo que significa más para mi.

Cerré la puerta tras de mí y observé a mi alrededor, sólo había tres apartamentos más , unas escaleras de emergencia y el elevador. Camine hacia las escaleras necesitaba pensar, además me daban un poco de pánico los elevadores, este en específico era demasiado pequeño, lo que era de esperar en cada piso había pocos departamentos. Baje al lov, en la recepción se encontraba un hombre de mediana edad con un aspecto muy agradable, le Sonreí y pase por un lado.

-¿Disculpe?- oí que me llamaban así que me gire, el hombre de la recepción- Mi nombre es Oscar, yo me encargo del mantenimiento de los departamento ¿usted es la señorita que acaba de mudarse al 3C ?

-Si, soy yo- dije amablemente- mi nombre es Elisabeth- estire mi brazo para estrechar su mano.

-¡joder! ¡¿es que acaso no pueden hacer nada bien ?!... No me interesa, tú lo arreglas.- el señor Oscar y yo nos giramos para ver a un hombre alto, debía estar por los 2 metros. Su ceño estaba fruncido y con su mano jalaba desesperadamente su cabello. Eso no se veía nada bien, su cara era linda... Sí, bueno más bien sexy, tenía un cabello negro bastante despeinado debido a que no dejaba de pasar sus manos por este. Se giró directamente a nosotros, sus ojos eran azules, dios matame eran hermosos - Arreglalo...hasta luego-. Dijo y colgó. Miro a Oscar y asistió con la cabeza en forma de saludo, después se dio cuenta de mi presencia y sólo frunció el ceño y paso directo al elevador,una vez que el se fue solté el aire que no tenía idea que contenía.

- vaya! ¿Qué le sucede a ese hombre?- pregunté desconcertada, me había casi gruñido y ni siquiera me conocía ¡perfecto!

- jajaja no se lo tome personal señorita. Se veía estresado , pero es un buen hombre. Se lo aseguro - dijo de forma risueña como si la situación lo amerita. Lo mire extrañada y asentí. Comencé a caminar hacia la salida, pero me detuve y me volteo nuevamente.

-Y sólo llámame Lisa- dije con una sonrisa y salí.

Comencé a caminar sin rumbo. Parecía un lindo lugar, cerca de mi edificio se encontraba un parque. Podría venir a correr por las mañanas como era mi costumbre.

Después de algunas horas caminando sin ningún rumbo decidí que era tiempo de regresar, no tenía idea de donde me encontraba por lo que tome un taxi y le di la dirección del edificio.

Cuando llegué ya estaba oscuro, al parecer había tardado mucho más de lo que imaginaba.

Subí por las escaleras. Las había contado eran 84 escalones hasta mi apartamento, no eran muchas además me gustaba subirlas. Y por alguna extraña razón siempre me gustaba contar escaleras, raro lo sé.

Cuando me acercaba a mi puerta, la de enfrente se abre y de ella sale un chico, genial hay chicos altos. No parecía ser muy grande, le calculaba unos 19.
Se voltea a verme y sonríe.

- ¡Ey! Hola ¿qué tal niña nueva?- me dice con una sonrisa coqueta.
Mi ceño se frunce me ha llamado niña. Lo dejo pasar y sonrío.

-Hola, soy Lisa mucho gusto - digo amablemente. Ocultado el hecho que me molesto que me llamara niña. Tengo tengo 16 pronto cumpliré 17. Soy grande.

- Un gusto Lisa, soy Jake- Sonríe- Vivo en el 2C- dice- ...y entonces ¿qué tal ? ¿Cómo te ha ido en tu nuevo departamento?

- ¡oh! Bien ...gracias - dios y ahora qué sigue, yo sólo pensaba decirle mi nombre y entrar en el departamento y seguir con mi vida. Odio las charlas - Y...yo...yo tengo...tengo que irme Jake un gusto - dije y entro a mi departamento.

POV Jake

La chica entra y yo me quedo un minuto procesando que sucede con la chica, sólo le pregunte que tal estaba, ¿quien se pone nervioso con algo así?

- Jake!- gritó Sebastian, mi hermano, desde nuestro apartamento.

Hoy llegó con un humor de perros, no es que sea una persona especialmente gentil, todo lo bueno lo he heredado yo, si Jake eres muy guapo. Pero definitivamente esta no ha sido su semana. Y lo peor del caso es que yo tengo que soportar su humor solo. tiene que conseguir alguien que lo desestrese.

- Joder Jake ven en este momento!- bufo y entro.

- ¿Qué pasa?- Digo mientras entro en la cocina. Vivimos en un departamento grande toda la decoración es en tonos negros y azules, realmente es muy confortables, además es un lugar sólo para nosotros, tenemos 3 habitaciones una con baño y otro baño a parte. En la sala había un gran sofá de cuero negro y frente a este una gran pantalla con un X box y un equipo de sonido. La cocina también es grande esta completamente equipada, pero lo cierto es que no sabía que tenía, una mujer, Bianca, venía dos veces a la semana a recoger y hacernos comida, que congelaba en pequeños tuppers para que nosotros pudiéramos tomarla y sólo meterlos en el microondas.

- ¿Dónde demonios están los papeles que deje en la mesa? - me pregunta sebastian en un tono muy molesto. ¿Qué le pasa ?

- No- lo- sé ¿ya revisaste en tu cuarto?- busco en los cajones buscando algo más que comer. Y encuentro mis Barras de cereal favoritas-Si son importantes no los dejarías donde yo pudiera verlos- Digo y le sonrío, él rueda los ojos y comienza a caminar a su habitación antes de que llegue le grito- ¡ey! Tenemos una nueva vecina. Es una chica y es muy guapa- le digo en tono cómplice.

- ¿y? ...Almeno a ella no tendré que llevarla a casa después. - dice con fastidio y entra en su habitación.

La chica era guapa, sí, pero no mi tipo, aunque que más daba, era guapa que era lo que importaba.

POV LISA

¿Que se supone que fue eso? Me he puesto nerviosa de la nada, digo no soy de lo más parlanchina, pero eso fue una exageración. ¿Por qué te es tan difícil hablar con alguien, con quien sea?
Suspire con frustración, lo has arruinado Lisa.

Mire mi departamento, dios era demasiado blanco, ¿donde estaban los colores? El blanco en un color... okey pero y los demás.
Tendría que trabajar en ello, pero mañana, hoy estaba agotada, me dirigí a mi habitación, me puse un pijama que consistía en un short corto y una camisa gigantescas. Era de mi padre.
Me acosté y de inmediato caí dormida.

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