Tiempo

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El tiempo había pasado más rápido de lo que pensé. Ya tenía dos meses de vivir sola. Jake y yo nos habíamos convertido en grandes amigos. Pasábamos muchas tardes juntos y hablábamos sobre todos tipo de cosas, me hacía sentir un poco mejor.

Emma se había ido una semana después. Sus padres la habían estado buscando, dieron con ella hasta que mi abuelo les dio mi teléfono. Desaparecer de ese modo le consiguió un gran castigo, de nuevo. Ella nunca quería estar en su casa y siempre hacía que fuéramos a la mía, con la gran excusa de que era más privado, pero siempre terminamos en casa de Jake

Me encantaba la idea de ellos juntos. No coincidían en más de una cosa, pero su manera de responder a aquello que les gustaba era igual de enérgica. Cuando comenzaron una pelea sabía que era mejor sentarse y prepararme para unas interminables horas de gritos, que finalmente no los llevarían a ninguna parte.

Conmigo todo seguía igual, me levantaba cada mañana y hacía lo que tenía que hacer, pero cada cosa que hacia, carecía de sentido sentido. Todo a mi alrededor cambiaba. Emma parecía tan contenta con Jake. Ella no me necesitaba en lo absoluto, no era como antes. Jake estaba bien como siempre, pero se adapta a Emma y a mi. Todo aprecia avanzar e ir a la dirección correcta, pero yo no tenía idea de como seguir. Ya ni siquiera sabía que era lo que me impedía avanzar...

Esa mañana me sentía más cansada de lo normal, no tenia ganas de levantarme, y considere un millón de veces la idea de no hacerlo; de todas maneras nadie me lo reprochaba. Pero sabía que tenía que hacerlo, lo haría, luego tendría tiempo de tumbarme en la cama el resto del día. Era viernes así que podía hacerlo.

Me levanté y me puse una camisa demasiado grande, junto con unos pantalones negros y un par de tenis. Sabía me quedaba del asco, pero lo cierto es que no me importaba mucho, aunque me pusiera algo mas lindo no me gustaría lo que vería. Y esto, al menos era cómodo.

Salgo de la habitación, solo tengo menos de 10 minutos para llegar a la escuela. tomo mi mochila y salgo, sé que llegaré tarde, pero tengo la esperanza de que el profesor me deje entrar.

Cuando esta por comenzar mi tercera hora consecutiva de calculo, me reprocho no haberme quedado en casa. Si sigo aquí un minuto más temo que moriré. Ni siquiera puedo pedir permiso para ir al baño porque según el maestro cualquier tipo de interrupción hace que pierdas la concentración. Pues le diré algo maestro: todos aquí la perdieron después de la primera hora. Cuando por fin termina la clase sé que no seré capaz de continuar ni un minuto más hay. Me siento realmente cansada y no me importa que un queden dos horas más de clases, no seré capaz de soportarlas. Así que tomo mis cosas y salgo del aula.

La cabeza no me deja de zumbar, el dolor era tan intenso que si no se iba en cualquier momento gritaría. Comencé a caminar hacía la parada del autobús, porque no no creía que fuera capaz de llegar a casa caminando. ¿Por qué me dolía tanto la cabeza? No había desayunado nada, y lo cierto es que no recordaba lo ultima vez que había comido algo además de manzanas y barras de cereal.

El camino es corto, solo tardo 10 minutos en llegar, pero realmente no soporto más. Entro lo más rápido que puedo al edificio. El señor Oscar me saluda, pero el sonido de su voz solo hace que presione mis sienes con más fuerza y le pases de largo. Por primera vez en el tiempo que llevo aquí tomo el elevador. Una vez que llego a mi piso salgo e intento encontrar las llaves en mi mochila, odio esto, por qué no aparecen.

Recargo mi cabeza en la puerta mientras sigo buscando. El sonido de una puerta azotándose hace que mi bolso se me caiga, yo solo golpeo mi cabeza contra la puerta. Ya no lo soporto.

POVSebastian
Jaja era un casa perdido. De nuevo había llegado hasta muy tarde a casa y sabe con quién estuvo.
Esta era la parte que más odiaba de vivir con Jake, no podía ser ni un poco responsable. Pudo haberme llamado para decir que llegaría tarde y de verdad que eso hubiera estado bien, pero claro el no es capaz de dejarme ni un pequeño mensaje, azoto la puerta de su habitación, porque sé que después de como llego ayer esto le molestará bastante, si puedo ser infantil aveces.
Como sé que si sigo aquí terminaré por ir y asesinar a Jake, decido que lo mejor es salir a correr, de todas manera hoy no tengo que ir al despacho. Todo el trabajo lo he hecho en la madrugada mientras esperaba a Jake.

Cuando salgo del departamento y estoy por cerrar la puerta veo a Lisa, así que para llamar su atención cierro la puerta con un poco de fuerza.
Una vez que lo hago, lo siguiente que veo es la bolsa de Lisa caer mientras ella estampa su cabeza contra la puerta.
Me acerco rápidamente.

-Lisa ¿Estas bien?

-Ey- dice mientras se gira en mi dirección. Su cara está agotada y su voz a sonado tan débil. Mientras la observo, un sonido que debe de venir del último departamento me distrae, pero el pequeño sonido de lamento que hace Lisa hace que mi atención se centre en ella de nuevo.
Tomo sus manos que en ese momento se encuentran presionando sus sienes.

-Podrías sacar las llaves de mi bolsa por favor.

En cuanto acaba de decirlo tomo su bolso y comienzo a buscarlas. Nunca había escuchado su voz así, parece que su cabeza está apunto de explotar y para evitarlo tiene que presionarla con fuerza. Se ve demasiado desesperada, y no se si lo este exagerando, pero si demasiado pálida.
Una vez que encuentro las llaves abro la puerta y la ayudó a entrar. Su departamento es igual al de nosotros a excepción de la decoración claro está, aún no en definitiva no es lo que imaginaba.
Lisa se dirige a la cocina y comienza a abrir cajones, dejándolos todos abiertos a su pasa. Me acerco y puedo ver sin problemas lo que hay en ellos: nada. Dios no puedo creer que no haya nada.

Me giro hacia Lisa, veo que tiene un frasco de pastillas en las manos. Antes de que se las tome la detengo.
-Espera ¿Qué has comido hoy? O ¿Qué has comido en toda la semana?

-Necesito tomarme eso por favor. -La manera en la que me lo ruega hace que me sienta terrible, pero se que le harán daño si no come algo antes, por lo que niego con la cabeza, la tomo por la cintura y la dirijo hacia el sillón. Hago que se recueste.

-Tranquila okey, te haré algo de comer y luego podrás tomar las pastillas. ¿ Tienes algo de comida en algún lugar?

Sus pequeños ojos están cerrados, pero los habré para mirar mis ojos y negar. Me siento enojado al principio, pero se que no servirá de nada, necesita algo de comida y la necesita ya.
Me levanto y mientras me dirijo a la puerta tomo el frasco de pastillas y salgo sin cerrar la puerta. El entro rápidamente a mi departamento y voy a la cocina.

Comienzo a buscar algo que, pueda comer justo ahora. Encuentro la caja de barras de Jake así que la tomo.
-Ey ¿qué haces con eso? es mío?-Jake está a
Gritando, pero yo solo lo ignoro, voy al refrigerador sacó unas cuantas manzanas y salgo del departamento y entro nuevamente al de Lisa.

Cuando entro ella está hecha una bolita en el sillón de espalda. Nunca había sido consiente de la manera en la que sus huesos sobresalen, la posición no ayuda, pero en definitiva, lo que veo no es un cuerpo sano. Me acerco a ella y la sacudo suavemente.

-Lis, come un poco...Lis.

Se mueve suavemente y voltea, recarga sus delgadas manos e intenta sentarse, pero la detengo y lo hago yo tomándola por la cintura.

-No tienes que hacer esto, debes estar muy ocupado...y...yo no quiero que pierdas tu tiempo.

La miro fijamente mientras acarició una de sus mejillas y le digo.

-Si se trata de ti, es imposible perder el tiempo.





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