¿Ahora que hare? Era mi gran pregunta, un gran peso sentía en mi espalda, un gran peso sentía mi alma.
-Entonces no me dirás porque llegaste tan tarde anoche-dice con cierta inconformidad.
-Solo se me hizo un poco tarde-exclame.
-Y yo nací ayer, Samantha Dibotti-escupe.
-No tengo ganas de discutir, además creo que ya estoy lo suficientemente grande como para decirte todo lo que hago-dije con seriedad.
-Aunque tengas 1000 años tú seguirás siendo mi hija y aún tengo poder sobre ti, cuando estés casada y con hijos tal vez no me veas más molestándote-gruñe.
-¡Ay Madre!-dije exaltada- mi día de descanso no lo desgastare discutiendo contigo.
-Solo te pido que te cuides, no quiero ser abuela tan pronto.
-Soy mesera, no prostituta-dije, mientras doy media vuelta sobre mis talones y subo rápidamente las escaleras.
Me sentía molesta, este hombre poco a poco estaba desboronando mi vida y aquella que no se acercaba a una divertida, pero que prácticamente era cómoda para mí.
La mejor decisión era alejarme, pero alejarme lentamente y cuidadosamente, porque ante el parecía que todos mis pasos los supiera antes que yo misma. Mi sentimiento ni un poco se acercaba a un deseo, tal vez solo era un odio que tal vez cada día crece más.
No sabía qué hacer, pero la realidad solo le estoy dando mucha importancia.
21:24 Horas, todo un día encerrada en mi habitación y con una gran barrera entre mi madre y yo.
-¿Sam?-dice mi madre, al otro lado de la puerta.
-Pasa-espete.
La puerta es abierta con cierta lentitud que hace que cierta intriga apodere mi cuerpo.
-Solo quería disculparme contigo-dice al estar frente a mí- pero debes entender que eres lo único que tengo y me da realmente pánico que un día de estos no estés junto a mí.
-No te preocupes, Madre-dije con cierta delicadeza- yo igualmente lo siento, jamás quise faltarte al respeto.
-Eres igual que tu padre-negó con su cabeza- por eso te amo tanto.
-Mmm...Gracias-sonreí con burla.
-Lucas esta abajo, dice que tiene que hablar contigo-espeta.
-Está bien-asentí.
Rápidamente baje de mi cama y salí de mi habitación, dejando mi madre en esta, llegue hasta la puerta y al abrirla, aquellos ojos chocaron contra los míos.
-¿Qué hace mi enana favorita?-pregunta con cierta burla e su voz.
-En frente de un gran idiota-dije de la misma manera-¿Qué haces aquí?
-Le hice unos cuantos turnos a Johnny, y pues me merezco un buen descanso.
-Si eso veo-asentí-¿Quieres pasar?
-No, quería saber si quieres salir a comer algo-dice- si no hay algún problema con tu brabucón.
-No me hables de ese idiota-exclame- ¡Ya regreso Madre!
Rápidamente salí de mi casa, acompañada de mi mejor amigo para luego subir a su camioneta.
-En el bar hay una chica embarazada-dice de repente- Robert esta en busca de esta.