✵●๋⌇-El mundo desaperece.

639 49 11
                                    

El clima de Guam era tan agradable que Taeyeon se permitió ir vestida con un sencillo y ligero vestido de algodón color melocotón, junto con unas sandalias blancas, y el cabello sujeto en la parte alta de su nuca en un desordenado agarre con una sola liga negra, dejando que varios cabellos le cayeran sobre el rostro, se sentía como en una de esas películas veraniegas en las que la protagonista por fin logra ir a la fiesta mas esperada del año con el capitán del equipo de futbol. Y justo así se sentía, como la afortunada chica que por algún extraño milagro había enamorado al chico malo y popular de la escuela, alguna nación debía de haber salvado en su vida anterior para merecer algo así.

-¿Estás lista, princesa? - La voz de Jiyong le llegó desde detrás de la puerta, pues hacía rato que solo la esperaba para poder marcharse de fiesta. Con una sonrisa pintada en los labios, Taeyeon abrió la puerta y asintió. Jiyong iba vestido con un pantalón desgastado de mezclilla negra y una camisa con estampados coloridos de flores, como si fuera hawaiana, ah, y por supuesto, sus inseparables lentes oscuros.


Ese día Jiyong rentó un automóvil deportivo colo negro para poder manejarlo e ir a donde les diera la gana, Taeyeon se sentía tan libre al poder hacer eso, casi toda la vida había estado atada a horarios, a managers y a actividades en las que no podía estar sola ni un minuto; estar solo con Jiyong y poder ir hasta el fin del mundo si querían le hacía sentir que era una nueva Taeyeon, alguien que podía extender las alas y volar como quisiera, sin ataduras. Jiyong le quitaba las ataduras. Al llegar a la fiesta, estacionaron el coche en un cajón del estacionamiento de la playa, y al salir se acercaron a lo que parecía ser la sección de entrada, Jiyong sostuvo a Taeyeon de la cintura y mostró a los casi seis guardias de seguridad un pase dorado que Taeyeon no alcanzó a ver del todo y solo eso bastó para que los dejaran pasar a ambos, Taeyeon le hizo una cara graciosa al mayor - Ay si, y ya me creo el rey del mundo porque me dejan entrar solo por mostrar un papelito - Murmuró sobre el oído ajeno, riendo después mientras se colgaba de su brazo y el mayor le daba un beso en la mejilla, divertido por el chiste.

Entraron a una zona exclusiva de la playa que se había convertido en una especie de club nocturno, lleno de luces y música por todas partes y a todo volúmen, Jiyong la presentó a varias personas, pero el sonido de la música y el pasar y pasar de gente, confundidas con las luces no le permitía a Taeyeon ni recordar los rostros, solo se dejaba llevar por el brazo seguro alrededor de su cintura que la guiaba hacia donde se suponía debían estar. Bebieron champagne del caro y Jiyong fumó un par de cigarrillos, Taeyeon se dedicó a sonreírle a todo el mundo, sin preocuparse de absolutamente nada más; tener la mano de Jiyong bien sujeta a la suya generalmente generaba ese efecto. Luego de un buen rato, una canción electrónica comenzó a sonar y Jiyong comenzó a menear la cabeza de adelante a hacia atrás, siguiendo el ritmo, Taeyeon le observó algo divertida - ¿Te gusta es acanción? - Le preguntó al oído por encima de todo ese ruido, Jiyong asintió y le extendió la mano, no escuchó su voz por la música, pero claramente pudo leer aquellos labios que articulaban un "¿Quieres bailar conmigo?" Taeyeon no esperó a negarse y de inmediato le tomó la mano, aunque una vocesita en el interior de su cabeza se preguntaba como bailaría una canción con semejante ritmo electrónico ¿algo así se podía bailar? Solo podía pensar en saltar como loca.

Pero a diferencia de ella, Jiyong si que sabía que hacer; con delicadeza le tomó de las muñecas y las enredo el mismo sobre su varonil torso y luego le rodeo la cintura a la menor con firmeza, luego comenzaron a moverse lentamente de un lado a otro, como si se tratara de un vals...¿por que Taeyeon estaba escuchando música electrónica y estaba bailando como si fuera un vals? Al parecer a Jiyong no le importaba lo más mínimo...a él solo le importaba tenerla cerca, en sus brazos. En medio de todo aquel gentío y con la playa de fondo, sus ojos se encontraron. Taeyeon siempre se ponía nerviosa cuando Jiyong la miraba de esa manera ¿en que otro lugar del mundo encontraría tales ojos? Intensos y fuertes, decididos, pero a la vez amables y cálidos, la chica se sentía derretir tan solo con devolverle la mirada. De pronto, la mano de Jiyong le sorprendió en el cuello, acariciandola desde la nuca hasta la base de su barbilla, y aquella simple pero certera caricia le envió escalofríos por toda la espalda, sintiendo como si los dedos ajenos tuvieran electricidad allí por donde la tocaban. Y entonces él se acercó tanto que ambos respiraban el aliento contrario y sus labios se encontraron en un suave y cálido beso. Para Taeyeon el mundo a su alrededor comenzó a desaparecer y solo estaban ellos dos, besandose mientras el mundo entero giraba y giraba a su alrededor. Luego de separarse, Taeyeon recargó la cabeza en el hombro ajeno, sujetandose a su cuerpo con fuerza y aunque no le miraba ya a los ojos, sentía sus caricias...desde sus caderas hasta las costillas y luego bajaban de nuevo, como si el chico quisiera grabarse aquella escultura de carne y hueso en los dedos. Ella, sin poder resistirlo, fue repartiendo besos cortos en el cuello de Jiyong, desde la base de la oreja hasta las clavículas, en donde tenía que detenerse con un suspiro de resignación, con ese gesto, escuchó la risita ahogada de Jiyong que la separaba de él un poco y la miró a los ojos, de nuevo derritiendola con la mirada - ¿Quieres que vayamos a casa? - Taeyeon notó aquel brillo peculiar en los ojos del mayor y asintió.

No hizo falta más, tomandose de la mano salieron del gentío que bailaba en la tarima y buscaron al anfitrión de la fiesta, se despidieron con largas sonrisas y despedidas amistosas para luego salir de aquel lugar, caminando hasta el coche en el que habían llegado. En todo el trascurso desde la playa hasta la casa en la que se estaban quedando no se dijeron ni una sola palabra, pero Jiyong iba sujetandole la mano a la chica con tanta fuerza que los dedos de Taeyeon estaban blancos cuando llegaron a casa y bajaron del coche, a Taeyeon no le molestó, también ella sentia la extraña necesidad de abrazar a aquel hombre y estrujarlo en sus brazos hasta fundirlo con su cuerpo, nunca antes había sentido eso y aunque le asustaba un poco, le generaba cosquillas en el vientre; ella no lo sabía con certeza, pero era la primera vez que experimentaba deseo por un chico.

The last time. 《TERMINADA》| #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora