Capítulo 7 - Promesas

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Capítulo 7

                                                                                      Promesas

Esa noche le prometí que no la dejaría sola.

Terminada la velada ella se fue con Charlie a su casa, cada uno en su auto. Y yo me quedé observando las luces desaparecer en la carretera. Cada metro que recorrían era una aguja en mi piel, separarme de ella otra vez era una tortura infinita.

Billy estaba detrás de mí, en su silla, atravesándome con la mirada.

-Hace tiempo no te veía tan bien, hijo.

-Lo sé...- Sonreí, simplemente no sabía que responderle.

-No puedes dejar que ella sea el motivo de tu sonrisa o de tus lágrimas, es demasiado inestable... No quiero volver a verte así, y si sigues tras sus pasos temo que volverás a caer. No deseo eso para tu vida, mereces algo mejor.- Billy sonaba serio y triste a la vez, había preocupado mucho a mi padre ese último tiempo.

-No puedo evitarlo. Sé que no estamos imprimados, pero aún así siento que mi destino está con ella... Y sin ella no creo poder seguir papá, lo lamento.

-Lo lamentas... Tú no sabes lo que es ver sufrir a tu hijo y no poder hacer nada al respecto. Lo que dices es de cobarde, en vez de enfrentar la realidad y cambiarla dejas que te aplaste con toda su magnitud. Yo no te crié así.- Dicho esto, dio media vuelta y se fue a su cuarto.

Quedé abrumado por sus palabras, pero sabía que tenía razón. No me la jugaba por mi felicidad ni intentaba seguir adelante sin Bella. Sin embargo, lejos de desistir por alcanzarla, sus palabras me incentivaron a luchar con más ímpetu que nunca.

Prometí que no la dejaría sola, y arrancaría a cumplirlo esa misma noche.

Comencé a desvestirme y luego corrí; los temblores y el calor me invadieron hasta que por fin el pelo invadió mi piel y me desplazaba en cuatro patas. Por suerte la manada dormía y nadie se metió en mi cabeza ni me descubrió a esas horas de la noche. En cuestión de minutos estaba en su casa, no hacía mucho que ellos habían llegado así que rogaba que Bells siguiera despierta. Comencé a transformarme una vez más y me vestí. Luego me acerqué a su ventana y le arrojé unas piedritas, no quería invadir su habitación como lo hacía su vampiro, no quería que pensara que yo era él.

-Psst, Bells.- coloqué mis manos alrededor de mi boca para maximizar mi sonido a pesar de que estaba susurrando.

Logré ver movimiento tras su ventana, las cortinas se corrieron y pude ver su rostro. Hermosa.

Cuando sus ojos me ubicaron en la oscuridad su cara se transformó, automáticamente una sonrisa invadió su cara. Aún más hermosa.

Le correspondí el gesto y le hice señas para que bajara. Ella simplemente asintió y desapareció en la oscuridad de su cuarto. La esperé apoyado contra uno de los árboles que se encontraban frente a su casa y al cabo de un rato ella salió de su casa, con todo el sigilo del que fue capaz.

Una vez más me buscó con la mirada y cuando me encontró corrió a mi encuentro.

Le tendí los brazos y nos fundimos en un cálido abrazo.

-Jake...- susurró contra mi pecho. Sentí su aliento contra mi piel y un escalofrío recorrió mi cuerpo.

-Te dije que no te dejaría sola.- Nos reímos un rato hasta que me miró muy seria.

-Esas piedras en mi ventana me asustaron demasiado, deberíamos buscar otra forma para estas fugas nocturnas.- Me sonrió tímidamente. Sus palabras indicaban que quería mantenerme en su futuro. Pero no quería ilusionarme tan pronto.

-Tienes razón, ya buscaremos la forma. Ahora vamos.- Tiré de su mano y comenzamos a caminar, sin embargo me freno luego de unos pocos pasos.

-No, Jake. Charlie me ira a ver en la noche, querrá asegurarse de que no me escaparé otra vez. No puedo irme...

Agaché la mirada, realmente deseaba pasar la noche con ella, necesitaba que me terminara de explicar que fue lo que sucedió. Ella no me dio tiempo de responder.

-Mejor vayamos a mi cuarto, podemos hablar tranquilos allí. Y si escuchamos que Charlie despierta, te escondes bajo mi cama. ¿Qué dices?

No me agradaba mucho la idea de esconderme pero aún así acepte gustoso. Así que entramos con mucho cuidado en su casa y, haciendo el menor ruido posible, fuimos a su habitación.

Prendió un velador y se sentó en su cama, con su mano me indicó que la imitara y eso hice.

-Seguro quieres una explicación.- Me dijo sin mirarme; yo esperé a que levantara la cabeza para responderle con un movimiento de la mía.

-Bien... Es algo extenso... Prométeme que no harás ninguna locura y que escucharás hasta el final, no quiero volver a repetirlo.- Extendió su mano para que la estrechara, como si fuera un trato. Yo no estaba seguro de poder cumplirlo, pero aún así la apreté con fuerza entre mis manos.

Ella llevó mi mano a su rostro y cerró los ojos. Suspiró y luego me soltó. Comenzaría a hablar.

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⏰ Última actualización: Jan 20, 2016 ⏰

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