Capítulo 6- Felicidad

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Disclaimer: Basada en los personajes creados por Stephenie Meyer

Summary: Edward y Bella separados... Jacob su consuelo. Una historia que deja ver el lado vampiro y posesivo de Edward, la indecisión de Bella y el amor incondicional del hombre-lobo.

Capítulo 6

 Felicidad

No sabía cuánto tiempo había pasado desde que nos habíamos dormido. Luego de que Bella se desahogara, se durmió en mis brazos y no transcurrieron muchos minutos hasta que la imité. Estábamos en el sillón de la sala de Billy cuando me desperté. No abrí los ojos rápidamente, ya que en la habitación se escuchaban varias voces. “Mierda, llegó” pensé, había contado con que mi padre tardaría en regresar… Pero claro, no había calculado que nos quedaríamos dormidos, además ¿con quién estaba él? Intenté controlar mi respiración para que no repararan en que había despertado y me concentré en las voces, para distinguir quienes eran los que hablaban.

-… fue duro amigo, pero no hay mucho que puedas hacer ahora, ¿no? Ella esta aquí y creo que deberíamos dejarlos descansar un poco más.- era la voz de mi padre y por lo que decía, parecía ser que hablaba de nosotros dos.

-Lo sé Billy, pero que se escapara así… Sin avisarme… Además, no tiene sentido. La familia fue a buscarlos, y ni siquiera se acercaron a preguntarme si quería acompañarlos… ¡Billy ni siquiera me dijeron que sabían que los chicos habían escapado juntos!- se escuchó un fuerte suspiro al final de la frase y ya no tenía dudas de quién era su autor. Charlie.

-Viejo si no te calmas vas a terminar mal. Tú mismo me dijiste que Bella la pasó muy mal cuando se fue su novio y que cuando fue a buscarlo, tú la regañaste y la castigaste durante mucho tiempo. Es una adolescente, y es casi normal que haya encontrado la solución en escaparse de su casa.- Creía firmemente que mi padre sólo trataba de calmar a Charlie, porque sabía que en el fondo detestaba a los Cullen y que jamás los cubriría de esa forma. Ni siquiera a Bella.

-Sé que fui muy duro con ella, pero había desaparecido 3 días sin decir nada. Sólo una nota… Y ahora desapareció meses y no quiso comunicarse conmigo. ¡No quiso Billy! Los Cullen los encontraron y fueron a hablar con ellos, ya te dije, y no hubo forma. Ella ni siquiera quiso que me avisaran nada.- Hizo una breve pausa para reírse amargamente.- ¿Y que me dijeron ellos? Que respetaron su decisión porque es una adulta. ¡Soy su padre! Debieron decírmelo, por más moralistas que sean.

-¡Shh! Los vas a despertar. Se nota que Bella no esta bien, no hubiera escapado de tu casa de no ser así. Y es un alivio verla con Jacob, ¿sabes? Él tampoco llevó bien la situación.- Y ya tenían que incluirme en la conversación, genial.- Estuvo muy deprimido y no salía a ningún lado. Creo que este episodio no le hizo bien a nadie Charlie, y quizás lo mejor sea volver a empezar. ¿No crees?

-Quizás tengas razón… Pero ni a la mamá le habló… Es extraño Billy, no sé si creerles tanto.

-Creo que vas a tener que confiar, viejo. Si esa es la historia que los Cullen te contaron, no es probable que Bella diga otra cosa. Lo importante es que tu niña volvió, y que puedes dormir tranquilo. ¿La policía está sobre aviso? ¿O siguen buscándola junto con la familia de su novio?- Cierto, me había olvidado que la policía los estaba buscando por cada rincón del país.

-Ya esta todo avisado, las búsquedas frenaron pero tendremos que hacerles algunas preguntas mañana. Y René esta volando hacia Forks, quiere ver con sus propios ojos que su hija está sana y salva.-Charlie usó el plural. No actuaba como papá de Bella sino como comisario.

-Uff… Que complicado,  bueno mejor calmémonos un poco, mañana parece que será un día agitado. Voy a pedir unas pizzas. Prométeme que cuando despierten no montaras un escándalo.- Pude escuchar como mi padre movía la silla en busca del teléfono que estaba al lado de mi sofá.

-Lo prometo Billy, lo prometo. Sólo quiero abrazarla, eso es todo… Al menos por hoy.

En ese instante resolví  “despertarme”, ya no podía seguir fingiendo.

-Hmmm. ¿Papá ya llegaste?- me desperecé y levanté la voz para que me vieran.

-Estoy aquí Jake, y tenemos visitas.

 A mi lado Bella se removió y abrió los ojos. Los tenía hinchados y rojos de tanto llorar.

Ella se sentó y se refregó la cara. Se rió por lo bajo y me miró. Era tan linda con todo el pelo alborotado y con las marcas de mi remera en su rostro.

-Jake, ¿cuánto dormimos?-. Pronunció esas palabras con cierta lentitud, y ya no me miraba a mi, sino un punto detrás mio. Supuse que sería a Charlie.

-Papá- susurró sin pestañear, confirmando mis sospechas.

-Buenos días pequeña, ¿o debería decir buenas noches? Creo que se pegaron una buena siesta.

Bella corrió a abrazar a su padre y se quedaron juntos un buen rato. Luego se soltaron y ella lo miró a los ojos.

-Papá yo…

-Nada Isabella, nada por hoy. Ya tendremos tiempo para hablar mañana.- dijo con la voz seria, pero luego la suavizó para agregar “Ese atuendo te sienta bien hija”.

Todos en la habitación nos reímos y fue lo que necesitábamos para romper la tensión que reinaba en el ambiente.

Al rato llegó la pizza, la mejor de La Push, y comimos charlando animadamente de cosas sin sentido. Todos procuramos evitar hablar de la desaparición de Bella para no arruinar el buen momento. Se veía a Charlie mucho más relajado, se notaba que el alma le había vuelto al cuerpo. Y a ella también, de a poco volvía a ser la chica que yo tanto amaba. Tanto… En todo el tiempo que pasamos separados, no pensé demasiado en mis sentimientos por ella. Sólo en lo desgraciado que me había hecho. Pero en ese momento que la veía, que estaba a mi lado comiendo y riendo… No pude evitar que todas las emociones que me embargaban salieran a la luz. No pude evitar que el amor que sentía por ella me brotara por los poros. Mi cuerpo me pedía a gritos que la llevara lejos, donde estuviéramos los dos solos, para así poder abrazarla y nunca más dejarla ir. Tan fuerte fue mi impulso que  casi no me di cuenta cuando estiré mi mano por debajo de la mesa del comedor para tomar su mano.

Ella me miró sorprendida y me arrepentí al instante. Supuse que se soltaría y que luego me miraría con desconfianza… Pero no. Ella me sonrió y apretó mi mano. No me soltó.

Esa noche, luego de muchas frías y oscuras, sentí un poco de calidez. Esa noche, volví a sentir la felicidad corriendo por mis venas. Esa noche…

Giros InesperadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora