Capítulo 4

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–Oh dios mío!–dije asombrado. Era hermosa, completamente hermosa.

Pocos segundos después se acercó más y más hacia mí hasta que hizo volar a mi acompañante. Caminaba en mi dirección y aproveché para preguntar:

–¿Co...cono...conoces el instituto Armstrong?–dije aún abrumado por su belleza y esperando salir de aquel lugar desconocido para mí.

–Sí, de hecho ese es mi insti–contestó ella.

Afortunadamente no me había oído cuando la vi.

–¿Podrías guiarme?No conozco esta ciudad y estoy un poco desubicado-dije.

–Claro, no hay problema-exclamó ella. Poseía una gran simpatía y hablaba feliz, como si todo fuese perfecto. Envidiaba aquella percepción del mundo.

–Por cierto, soy Lucas, encantado.

–Yo soy Marta, encantada también.–Dijo ella, y nos dimos la mano como si fuéramos grandes empresarios en un viaje de negocios. Me extrañó dicha acción, pero me gustó. Por primera vez me sentí envuelto en un mundo en el que me trataban como un adulto.

LucasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora