Capítulo 9

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Cuando ya me encontraba frente a la puerta a la que debía ir se frenaron en seco mi cuerpo y mi respiración. Mis miedos volvieron, pero entonces la escuché a ella. Sí, tenía que ser ella.
Su suave y dulce voz era muy característica. Era Marta la que se distinguía entre aquel murmullo.

Saber que estaría en mi clase me calmó y me dispuse a entrar. Llamé a la puerta y la profesora se acercó para recibirme. Me adentré en el aula y me dispuse a sentarme, pero no había sillas libres. Cuando la profesora se percató de la confusión de mi rostro se acercó a mi.

-Preséntate chico-me dijo.
-Ho...hol...-el miedo a no ser aceptado volvía. Me paré unos segundos para relajarme y observé a Marta. Estaba mirándome también- hola, soy Lucas, tengo 15 años-dije entonces alto y claro. Algunos se rieron por lo bajo. Nunca soportaré a esas personas que se ríen de cualquier cosa, lo que me llevó a odiar a unas seis personas en tan solo esos tres minutos que llevaba ahi dentro.

Volví a fijarme en Marta. Ya había vuelto a sus asuntos. Parecía estar dibujando algo, pero no podía ver bien el que. A mi siempre me había apasionado dibujar. Me asombraba todo lo que se podía expresar con un lápiz y un papel, pero yo no tenía la capacidad de lograrlo. Siempre me había sido imposible. Conseguía imaginarme escenas y personajes increíbles, pero no podía hacer que el resto de personas los vieran. ¿Creatividad? De sobra. ¿Técnica? Inexistente.

Mientras observaba a Marta dibujar noté una mano en mi hombro. Era la profesora, intentaba decirme que podía mover su silla para sentarme junto a algún compañero y eso hice. Desplacé la silla hasta una mesa de la primera fila, pero que se encontraba en el lado contrario a Marta, no quería abusar de ella.

LucasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora