Internado Brotherhood [Borrador]

Capitulo 1."Internado Brotherhood"

Vuelo 182 por favor abordar el avión

Me levanto de la silla en la que he estado sentada como una hora y media y comienzo a caminar con mis maletas.

Al sentarme, espero hasta que dicen que nos abrochemos los cinturones para despegar y fijo la mirada en la ventanilla, mientras veo como todo se hace mas pequeño y pienso todo lo que estoy dejando, mi familia, amigos, recuerdos, prácticamente mi vida.

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—¿Donde la llevo?—pregunta el señor al montarme al taxi.

—Al Internado Brotherhood—asiente y pone en marcha. Me acomodo en el asiento trasero, me pongo los audífonos y me dejo llevar por la música, quedándome dormida al rato.

Me despierto sobresaltada por un frenazo y miro al señor.

—Lo siento, casi me paso—suspiro y me paso las manos por el cabello.

Cuando ya estoy fuera, delante del internado, y con todas mis maletas en mano el taxi se va. Miro el inmenso lugar que sera mi hogar durante un año.

Comienzo a caminar adentrándome al internado, los tres edificios fue lo primero que llamo mi atención, pero mas el del medio que es el mas grande, cada uno tenia su respectivo camino que también se dividía en mas caminos que llevaban a bancas y diferentes partes del campus. Mas allá estaban los estacionamientos donde están algunos chicos apoyados en sus coches hablando. Al otro extremo está un parque con mas bancas y parejas hablando o besándose, a lado del parque, un poco mas alejado esta la cancha donde esta practicando el equipo de Lacrosse y a los costados de la cancha las chicas sentadas en las gradas animando.

Cuando me doy cuenta ya he llegado a la puerta del edificio principal, me adentro en la ola de estudiantes tanto nuevos que están con sus maletas de un lado a otro, como los antiguos que están apoyados en sus casilleros hablando y riendo. Sigo mi camino con dificultad y entre empujones, codazos y gruñidos de otras personas choco con un chico tirandole su teléfono al suelo.

Mi primer instinto fue reclamarle y decirle de cosas, pero al darme cuenta que fui yo quien le tiro el teléfono. Suspiro y hablo.

—Lo siento, no te vi—me agacho para tomar el teléfono pero él es más rápido que yo y lo toma primero.

—Eh, ¿que haces?—frunce el ceño.

—Se suponía que iba a recoger el teléfono—me cruzo de brazos—Se suponía.

—No iba a dejar que una dama hiciera eso—se guarda el teléfono

—Que caballeroso—le sonrío.

—De los que ya no se ven-sonríe orgulloso.

—Bueno, adiós—comienzo a caminar pero me lo impide.

—¿A donde vas?

—A la oficina del director... o directora.

—Te acompaño, la oficina de la directora es...

—No gracias, puedo sola—le sonrío y lo hago a un lado para esta vez, caminar sin que me detuviera.

Luego de seguir recibiendo mas codazos y gruños de los demás, cuando ya estoy por rendirme y empiezo a arrepentirme de no haber aceptado la ayuda del otro chico, veo una puerta al final del pasillo con una placa en dorado que dice Dirección. Me encamino y cuando estoy frente a la puerta y apunto de tocar, ésta se abre y de ahí sale un chico, no cualquiera, si no de los que, cuando los ves, algo en tu interior se dispara advirtiéndote que te tienes que mantener alejada, su actitud, vestimenta y manera en como camina por los pasillos, todo en él grita problemas, chicas y mujeriego profesional.