Capítulo 8

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Las respuestas a las preguntas estarán al final del capítulo.

Cogí los tacones y me los llevé en la mano hasta llegar a la puerta de la entrada. Hasta dentro de dos horas mis padres no se despertarán de la siesta, por lo que tengo el tiempo suficiente para tomar algo con alguien.

No puedo dejar mi vida social de lado.

Salí y cerré la puerta, para después agacharme y ponerme los tacones.

Marqué el número de Carolina y quedamos en el café de la esquina, así al menos podría despejarme.

Guardé mi móvil en el bolso y me coloqué las gafas de sol, haciendo mi pelo hacia atrás y comenzando a caminar en dirección al café.

¿Quién sería el próximo chico con el que saldría?

En dos días volvemos al instituto y no he estado con nadie estas vacaciones, y eso no puede ser.

Bueno, a ver, he quedado varias veces con Theo para tomar algo y tal, pero nada fuera de eso, lo cual en parte agradezco ya que él no me gusta.

Pero tampoco me gusta estar sola.

-¡Hola!- Carolina corrió hasta mi y me abrazó, a lo que yo le correspondi, llevábamos sin vernos una semana.

-¿Qué tal?- le pregunté mientras entrábamos al café.

-He pasado toda la semana con Stuart- me sonrió de forma pícara, a lo que yo alcé las cejas.

-¿Toda la semana?- Reí mientras me sentaba y dejaba el bolso a un lado- ¿Y tus padres?- pregunté extrañada de que la hayan dejado.

-No sabían nada, idiota- rió obvia- Alex me ayudó, él se fue a casa de su mejor amigo y mis padres pensaron que yo había ido con el y bla bla bla- explicó y yo fijé mi vista en el camarero, no era feo, pero tampoco era mi tipo.

-Creo que con el tiempo nuestros padres van perdiendo facultades- dije con sorna y ambas reimos.

-Bienvenidas, ¿qué queréis tomar?- preguntó el chico, sonriendonos.

-Yo quiero un café con leche- dijo Carolina y me miró con una ceja alzada.

Og, por favor, ni que yo le tirase a todo lo que se mueve.

-Un capuchino- pedí y le sonreí de forma amable.

Se llama cortesía. 

No le estaba tirando los trastos.

-Que rara estas- Carolina frunció el ceño y comenzó a juguetear con el paquete de servilletas que había en el centro de la mesa.

-¿Qué pasa? No tengo la necesidad de coquetear con todo el mundo- hablé un poco molesta- Cuando empecemos las clases iré directa a por alguien del equipo de fútbol, o tal vez de lacrosse, aún no lo he decidido-

-¿Y qué diferencia hay entre esos chicos y este? Es muy mono- Mi amiga dirigió su mirada hasta el chico pelirrojo que preparaba nuestros cafés.

-Porque quiero estar con alguien que conozca, no con un desconocido- hablé un poco fuerte, dando por finalizado este tema.

-Vale vale- Carolina alzó los brazos en señal de paz- Dicen que Troy ha mejorado bastante, creo que estaba yendo a un gimnasio- el camarero nos trajo los cafés y el recibo.

-Muchas gracias- le sonreí y él hizo el mismo gesto de vuelta, para después irse -Pues veré que tal está Troy- deshice el corazón blanco que tenia el cafe arriba café con la cuchara.

-Y...¿sabes algo de Cameron? Ya sabes, he estado desconectada toda esta semana- tomó un sorbo de su café.

-En verdad no me importa, puede estar con todas las tías que le de la gana, no me importa- masculle y Carolina rió- Me da mucho asco, es un puton de mierda, va de una chica en otra, jugando con sus sentimientos - tome un sorbo de mi café - En verdad me da pena Valeria...de verdad se pensaba que le iba a jurar amor eterno o algo-

La vida de CarlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora