Día 1.

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Jueves, 21 de enero de 2016

  Hoy es un día como cualquier otro, pues me siento de la misma manera que siempre...COMO LA MISMÍSIMA MIERDA.

  No tiene nada de nuevo, me despierto, veo mi teléfono, desayuno, me siento culpable por haber comido, me dan ganas de vomitar, pero no lo hago por miedo*, me levanto y me arreglo para ir a entrenar, me miro al espejo por un buen rato y lo único que veo es a una gran ballena tan obesa que no puede ni verse los pies. Mi tía me llama, es hora de irme, llego al lugar donde entreno y lo único que pasaba por mi mente durante toda la clase era "Mira lo gorda que estás, vamos no pares, ejércitate, ¿quieres ser siempre la chica gorda a donde vayas?, esfuérzate, no es suficiente, siempre serás igual...", terminé de entrenar y mi tía me fue a buscar, al llegar a mi casa, me saqué la polera y quedé solo con calzas y un peto mirándome frente al espejo, iugh, fue lo primero que pensé, me dieron ganas de vomitar solo al verme, me tiré en la cama aguantándome las lágrimas y comencé a leer, hasta que por fin desocuparon el baño y me pude duchar, y luego, otra vez, pero ahora en ropa interior, me enfrentaba contra uno de mis más grandes enemigos, el espejo. Al salir del baño casi llorando, volví a mi pieza y seguí leyendo, necesitaba despejar mi cabeza, pues hace meses no pensaba así de mí.

  Al cabo de unas horas, hablé con mi novio por teléfono y como siempre fingí que todo estaba bien, y hablamos de lo más bien hasta que en una me dice que hoy yo no podía ir a una estúpida junta familiar a la cuál me había invitado, obviamente me sentí rechazada y mi mente como siempre se llenó de pensamientos como: "acaso no le agrado a su familia, llevamos más de un año juntos y yo nunca NO había sido invitada a sus juntas familiares", bueno para acortar el cuento, adivinen qué? terminé llorando después de lo sucedido; por ahí dicen que la tercera es la vencida y pues así fue para mí, mis lágrimas al fin pudieron salir.

  Con ganas de llenar mi piel de cortes, tuve que aguantar con todas mis fuerzas, ya que todos estaban con sus ojos sobre mí debido a que hace poco tuve una crisis. Hundí todas mis penas en el mundo de la música y la lectura, terminando así de leer "El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares" (Un gran libro, se los recomiendo), y dejándome una incógnita sobre qué libro debía ser el próximo en leer.

* (si no lo saben, fuí bulímica y vomitaba tanto, que mis cuerdas vocales se dañaron y ahora tengo el riesgo de quedar con una voz de travesti por meses, que ya me ha pasado, o sino de que éstas se me corten y quede sin voz)

- Fin del día 1 -

Palabras de una suicida más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora