Día 5.

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Lunes, 25 de enero del 2016

  Fue un horrible despertar, pues mi mamá se vino a despedir de mi temprano ya que debía ir a trabajar, y pasó algo que yo no esperaba: me sacó mi muñequera y vió todos mis cortes. Sinceramente me quería morir, empezó a interrogarme, pero yo al estar media dormida, ya que eran como las 7 am, no entendía muy bien lo que me decía y solo atiné a decirle que me dejara en paz, que yo sabía lo que hacía; me volví a dormir.

  Desperté a las 9.30 am ya que me habían traído el desayuno, primero me tomé las pastillas de la mañana y luego empecé a tomar mi tazón de leches con cereal, pero una voz empezó a sonar en mi cabeza: "segura que quieres comer eso?, recuerda cuántas calorías tiene, quieres ser más gorda de lo que ya eres?, no?, entonces ya sabes que hacer. Llevé la bandeja a la cocina, boté la leche en el lavaplatos y luego tiré los cereales a la basura, una sensación de alivio se apoderó de mí, pues aún tenía esa fuerza de voluntad que me dejaba pasar días sin comer, había vuelto la chica que pensé que nunca lo haría: había vuelto a tomar mi corona, estaba decidida a ser la princesa que antes había sido. Me fuí a pesar: 59.3 malditos kg; me prometí que al terminar la semana volvería a subirme a la pesa y esa cifra disminuiría, solo que ahora debo controlarme y no pesarme todos los días a cada segundo. La próxima vez que lo haga será el lunes y tendré que haber bajado, sino no sé que pasará en mi mente.

  Luego de arreglarme, me dirigí hacia mis clases de ballet, y veía nuevamente a todas esas perfectas chicas a mi alrededor, que me hacían sentir más gorda de lo que sabía que era tan solo con mirarlas. La lección fue cansadora, tan así que solo llegué a mi casa a tirarme a la cama, pues como siempre, y empecé a darme cuenta de algo que no me había percatado hasta el momento: era mi primer día de soltería.

  Me llaman a almorzar, en mi mente empiezo a escuchar voces que dicen: "no lo hagas, inventa algo para no ir, ya veo que nunca serás delgada si sigues comiendo", pero era el cumpleaños de mi "Yoya" y no podía no ir a almorzar, comí un choclo gigante que me pusieron delante a mi con una culpa gigante, y luego camarones con algo de lechuga, me sentía obesa y no podía dejar de sentirme así, había comido y eso no me lo perdonaría...debía castigarme por lo recién hecho, pero lamentablemente no podía vomitar, por lo ya antes dicho hace unos días.

  Tenía hora con el psiquiatra, genial. No quería verlo, pero pasó, y mientras hablaba con él, dejó pasar a mi mamá; al rato me dió una crisis terrible, empecé golpearme, rasguñarme, gritaba que solo quería morir, estaba descontrolada, me tenían agarrada entre mi mamá y mi psiquiatra, luego llamaron a hospitalización, porque necesitaban controlarme. Me llevaron a la zona de hospitalización de la Clínica Oriente en una silla de ruedas mientras me agarraban de manos y pies para que no "escapara", pues estaba descontrolada. En hospitalización, me pusieron en un camilla y me amarraron a ella de las manos, pies, torso, etc, para que me controlara, cosa que no fue nada fácil, me inyectaron algo directo en la pierna, pero no funcionó, así que llevaron otros medicamentos y me los administraron en un suero; bien, hasta ahí recuerdo, porque me quedé dormida y no supe nada mas de mí.

- Fin del día 5 -

Palabras de una suicida más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora