Capítulo 1

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Observo por la ventana polarizada de la limusina la fría mañana de Seul. Recorriendo sus calles puedo decir con certeza que nada ha cambiado, aún así sin percatarme realmente de lo que veo. Después de tres años he regresado... desde que lo deje.


Deslizó lentamente mi dedo índice sobre el vidrio retirando a su paso la humedad de esta. Suspiro y cierro los ojos sumiendome a los dolorosos recuerdos.


Al terminar nuestra historia, di también por terminado mi vida. Viajé a Estados Unidos donde viven mis padres y donde se encuentra la empresa familiar. Al cumplir los treinta años me hice cargo y desde ahí me dediqué únicamente a mi trabajo. Tratando de alguna manera de olvidarlo.


Siempre lo herí, siempre lo dañe y sin ni siquiera darme cuenta. Me merezco todo este dolor.


Una vez que hemos llegado a nuestro destino el chófer me abre la puerta y bajo de la limusina con elegancia. Desde hoy en seis meses estaré a cargo de la nueva delegación aquí en Corea y mi deber es sacarla a flote con éxito, después de todo soy hijo de mi padre.


Miro el enorme edificio y sonrio satisfecho, ha salido toda a la perfección. Me encamino hacia dentro y me abro paso entre los empleados que se ponen en fila para dar una leve reverencia hacia mi persona en respeto.


Me reúno con las personas con quién voy a trabajar estos meses mientras entro al ascensor y me explican breve pero preciso las actividades del día.


Asiento y continuo hacia mi ahora oficina, cierro la puerta y me dirijo de inmediato en mi... oh, cómodo y flexible sillón. Me acostumbro a mi nuevo lugar de trabajo y me preparo mentalmente al duro y estresante día.


ㅡ¡Con que mi primo a vuelto! ㅡ. Esa voz. Sonrió de verdad desde que llegué a Corea. Me levanto y correspondo al efusivo abrazo de mi primo.


ㅡ¡Suho, qué alegría verte de nuevo! Realmente te he echado de menos. ㅡSuho se separa y me da un buen vistazo, de arriba hacia abajo.


ㅡAl parecer mi primo el rebelde se ha convertido en un hombre. Estoy muy orgulloso de ti al igual que lo están mis tíos y mis padres.


Es verdad, me he convertido en todo un hombre maduro. Ya no soy ese chico que le importaba la vida una mierda. Mis padres están más que orgullosos, por fin he tomado el rumbo correcto y no pienso decepcionarlos nuevamente.


ㅡLo sé. ㅡ Me acercó a la ventana y esta vez si presto atención a la ciudad. Suho se posiciona a mi lado e intuyo lo que me va a decir.


ㅡ ¿Has sabido de él? ㅡMe tenso y frunzo el ceño.


ㅡ Es hora de la reunión, no quiero llegar tarde y dar una mala impresión a todos.ㅡ Cambio de tema y me quito el abrigo dejándolo correctamente doblado sobre mi sillón. Quedando solamente con mi traje impecable. Salgo sin esperar alguna reacción de mi primo y me reuno al instante con mi asistente.

ㅡSeñor Kim, la reunión esta a punto de empezar. Sigame por favor.

ㅡGracias Eu Min. ㅡLa sigo y entro en la sala de conferencias con aire de superioridad.


El día esta siendo agotador. Entre presentaciones con los inversionistas, continúan con la reunión y me ponen al día de la situación de la empresa. Para estar empezando vamos excelente. En unos meses conseguiremos el mismo prestigio y desempeño que otras empresas importantes del país.


Al terminar la reunión miró mi reloj, son las cinco de la tarde. Hora de irse. Me despido de todos y regreso a mi oficina, tomo mi abrigo y guardo unos documentos importantes en mi cajón con llave.


ㅡ¡Kai! ㅡEs Suho. Sólo mi familia me llama con ese nombre y... él. ㅡ¿Qué sucede?


ㅡBueno... ya que no nos hemos visto en mucho tiempo, pensaba en que podríamos ir a beber y a ponernos al día. Como lo hacíamos antes. ㅡSuspiro de cansancio y pongo mi mano sobre su hombro en disculpa.


ㅡLo siento, Suho. Estoy muy cansado y acabo de llegar a Corea anoche. ¿Podemos dejarlo para mañana?


ㅡClaro, no te preocupes. Descansa.ㅡ Sonríe y se marcha. Después lo hago yo. En la limusina me encuentro observando por la ventana, sin prestar atención nuevamente. Todo es gris ante mi vista, me siento solo y roto.


Ya harto de lo que veo me dispongo a cerrar los ojos pero antes de hacerlo algo atrae mi atención. Mi corazón se acelera a un ritmo frenético y mi respiración se paraliza. Es él.


Camina por la calle con la mirada pérdida en un infinito, un infinito de dolor y miseria. Su cabello castaño se mece al ritmo del viento creando unas ligeras y perfectas ondas descubriendo sus preciosos ojos chocolatados. Su piel de porcelana iluminada con la escasa luz del sol sobresale sobre toda la muchedumbre. Sigue tan hermoso... no, me equivoco. Está más hermoso de lo que recuerdo.


La limusina hace un leve movimiento preparándose para continuar su camino y yo, no lo pienso dos veces. Salgo del vehículo y voy tras él, esquivo a las personas pero cada vez lo pierdo de mi campo de visión.


En un acto desesperado comienzo a correr y cruzo la calle sin importarme el tráfico. Escucho pitidos enfurecidos por mi imprudencia y llego a la acera. ¿Sabe que lo sigo? Por que parece ir más rápido que antes.


Llegó a un sector exclusivo de la ciudad. Los edificios de lujo me lo dicen, ahora vive aquí. Se ha mudado para tratar de que no lo encuentre.


Corro más rápido y entro en el mismo edificio que lo ha hecho el y lo veo esperar a que las puertas del ascensor se abran y cuando lo hacen el entra y yo también.


Me observa aterrado, pálido... como si fuera a matarlo con tan solo mi presencia. Noto como su pecho se infla y desinfla y como respira con dificultad. Se lleva la mano al pecho con gesto de dolor y retrocede golpeando su espalda contra el espejo del ascensor y antes de que pueda escapar las puertas se cierran. Estamos los dos solos, sin ninguna escapatoria.


ㅡLu Han...

DesenlaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora