Capítulo 25

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Estoy en Tailandia.

Observo asombrado por la ventana la estructura del hospital que tengo enfrente.

Definitivamente es un lugar de mala muerte, ¿realmente Lu Han se encontrará aquí? Suspiro y me preparo mentalmente para entrar. Tras hacer una seña con el chófer, salgo del vehículo y el se esfuma dejando sólo una nube de humo en su lugar.

Él será mi boleto de salida de este lugar cuando todo esto acabe.

La noche me acompaña y una fresca brisa acaricia mi piel mientras yo me encamino hacia la recepción con pasos cautelosos. A través de mis gafas oscuras  cuento a las personas que tengo a mi alrededor y no son muchas.

No creo que tenga que preocuparme.

Miro a la recepcionista y ella me hace un leve movimiento con la cabeza para que me acerque. Lo hago y ella con un pobre inglés me explica:

ㅡHabitación 556, quinto piso. Ahí, encontrará a alguien que lo ayudará.

ㅡGracias.

Doy media vuelta y me dirijo hacia los ascensores. Mientras espero a que se abran las puertas y entro empiezo a recordar el plan.

Sinceramente estoy a ciegas, no conozco a nadie y temo caer en alguna trampa del padre de Lu Han. Pero no tengo opción, si él realmente está aquí, no dudaré en arriesgar mi vida nuevamente.

El timbre del ascensor me avisa que hemos llegado al piso requerido y yo me dispongo a salir pero ante mi vista aparece la madre de Lu Han dirigiéndose en mi dirección. Me congelo al instante sin saber que hacer. Está con la vista fija en su celular pero es cuestión de tiempo para que me reconozca, todo estará arruinado.

De pronto un hombre que arrastra un carrito repleto con sábanas se interpone entre mi campo de visión y el de la madre de Lu Han. Me dice con la mirada que lo siga y lo hago.

El hombre es de mi estatura y camino a la par con él mientras me lleva por el pasillo derecho. Con las pulsaciones a mil, miro de reojo hacia atrás y la mujer entra al ascensor sin percatarse de mi presencia.

Me relajo de inmediato, estoy a punto de hablarle al hombre pero el me pilla por sorpresa empujandome dentro de un cuarto oscuro y pequeño. Mi espalda se pega contra la pared y la puerta se cierra.

Me incorporo de inmediato dispuesto a abrir la puerta a patadas pero me detengo al oir la voz de un hombre y la reconozco. Es el padre de Lu Han.

ㅡDisculpe. ¿Ha visto a un enfermero por aquí? Se supone que hace quince minutos debió estar en la habitación 556.

ㅡDe seguro pronto llegará señor. De último minuto se requirió a todos los enfermeros del piso por una emergencia.

Hablan en chino.

ㅡEstá bien, lo estaré esperando.

Escucho unos pasos alejarse y luego la puerta se abre.

ㅡPóngase esto por favor.ㅡ Asiento y tomo la ropa que me entrega. Es un uniforme de enfermero.

Me lo pongo sobre mi ropa pero me detengo de repente al darme cuenta de que el hombre me habló en un perfecto coreano. Lo miro y el me sonríe, lo dejo estar.
Termino de vestirme y salgo del cuarto más tranquilo. Así podré pasar desapercibido y no tendré que preocuparme de ser reconocido, me aliso la ropa y me aseguro de que la mascarilla este bien sujeta a mi rostro.

El hombre que me ha ayudado ya no se encuentra conmigo, me tenso pero sé que es mi turno de actuar. Continuo caminando buscando el número 556 arriba de las habitaciones y la encuentro al final del pasillo.

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