Capítulo 16

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Después de deshacerme de Suho me encuentro frente a la puerta de Lu Han. Con una mano llevo un pastel de chocolate y con la otra busco en el bolsillo de mi abrigo las llaves de emergencia que me entregó Lu Han de su departamento.

Me las dio por si se presentaba una emergencia y bueno... lo extraño a muerte, esa si es una emergencia.

Abro la puerta y doy un paso hacia adelante para entrar pero Lu Han me sorprende saliendo al mismo tiempo del departamento y chocamos mutuamente. Lu han tambalea y yo me recompongo rápidamente apegandolo a mi pecho evitando su caida.

ㅡ¿Kai? ㅡ Se ríe divertido y luego me sonríe. Mi corazón se vuelve loco y siento que va a salirme del pecho.

ㅡ¿Estás bien? ㅡ Le devuelvo la sonrisa y me separo después de asegurarme de que no se vaya a caer.

ㅡSi, muchas gracias...ㅡ Sus ojos se desvían hacia abajo y yo sigo su dirección. La ropa de bebé que se encontraba dentro de mi abrigo esta tirada en el piso y fuera de su bolsa.

ㅡ¿Qué es esto?ㅡ Pregunta Lu Han mientras se agacha y toma las prendas entre sus manos, veo en su rostro que identifica la ropa de bebé y entro en pánico.

ㅡLo siento, yo... lo vi y no pude resistirme, creí que nuestro bebé se vería hermoso con eso.ㅡ Digo avergonzado y espero a que se burle de mi o me rechace pero no sucede. Su mirada se enternece y lleva las prendas a su pecho como si se tratara de nuestro hijo.

ㅡEs precioso, Kai...ㅡ Me mira y aquel brillo especial hace su aparición en sus ojos. Mi pecho se hincha de felicidad y tengo unas inmensas ganas de besarle.

Lu Han lee mi mente y se acerca hacia mi, se pone de puntillas y me besa.

No es un beso lleno de lujuria, ni forzado ni lleno de sentimientos tóxicos. Es un beso de amor, uno que viene de su corazón, nuestro primer beso verdadero.

Me quedo sin aliento y abro mis ojos lentamente hasta encontrarme con los suyos. Está feliz.

ㅡGracias, papá.ㅡ Y ahora me quedo sin palabras.

Mis ojos no se despegan de su silueta y veo como se dirige hacia unos de los sillones y toma asiento. Luego comienza a doblar las prendas con delicadeza y pulcritud.

ㅡ¿Ibas a alguna parte?ㅡ Recuerdo lo que paso hace unos minutos y el se pone pensativo recordando algo. Cierro la puerta y me acerco.

ㅡTengo... antojo. ㅡ Dice avergonzado y me mira. Yo sonrio.

ㅡ¿Qué deseas? Yo iré hasta el fin del mundo para traerte lo que quieras.ㅡ Se le iluminan los ojos.

ㅡBueno... quiero pastel de chocolate, de verdad que quiero comer eso.ㅡ Muerde su labio impaciente y yo recuerdo que traigo uno justamente en mi mano.

ㅡEstamos de suerte.ㅡ Me siento a su lado y dejo la caja del pastel sobre su regazo. El parece confundido y yo también lo estoy.

ㅡ¿Cómo lo sabias?ㅡ Abre la caja y le mete el dedo al pastel para luego llevárselo a la boca y degustar con gusto el chocolate.

ㅡNo lo sé, sentí que tenia que comprar uno.ㅡ Lu Han asiente y yo me levanto dirigiéndome a la cocina trayendole una cuchara, la toma y comienza a devorar el pastel.

ㅡHe escuchado sobre ello.ㅡ Me vuelvo a sentar y le pongo toda la atención del mundoㅡ. Que cuando dos personas están esperando un bebé, entre los padres hay una conexión especial que solo ellos pueden entender. Es algo que pasa raramente.

ㅡYa veo...

ㅡ¿No has tenido antojo? ㅡ Dirige la cuchara con pastel hacia mi boca y lo como.

ㅡSi.ㅡ Admitoㅡ. De chocolate... pero ahora tengo antojo de esto.ㅡ Paso mi lengua sensualmente por la comisura de su labio y retiro la mancha de chocolate, el gime y yo sonrio victorioso.

No sé como lo hace pero en menos de un segundo lo tengo encima de mi, besándome, acariciándome... estimulándome con su vaivén de caderas sobre mi ya erecto pene.

ㅡNo sabes cuánto te deseo...ㅡ Muerde mi labio y lo desliza entre sus dientes sin apartar su mirada lujuriosa de mi.

Ay... Lu Han.

ㅡHazme tuyo ahora.ㅡ Suspira y mis manos se escabullen dentro de su sudadera, luego las deslizo hasta llegar a su vientre. Me paralizo, y ¿si le hago daño a nuestro bebé? Pero el mueve sus expertas caderas en el lugar correcto y pierdo el sentido.

Le despojo de sus prendas desesperadamente y me bajo los pantalones con urgencia. Aunque quiero hacerle el amor hasta dejarlo inconsciente, mi lado paterno no me lo permite.

Lo acuesto sobre el sillón y me tomo mi tiempo preparándolo y el me lanza una mirada de reproche. Lo sé, pero no quiero hacerle daño.

Llevo mi hinchado pene a su entrada pero me detengo. Lu Han se inclina hacia delante para ver cual es la demora y yo estoy dispuesto a decirle mi preocupación.

ㅡ¿Qué sucede?

ㅡTengo miedo de lastimar al bebé... y ¿si le pego a nuestro hijo con mi ya sabes que...?

Observo como las comisuras de sus labios se curvan hacia arriba y luego se carcajea en mi cara. ¿Qué tiene de gracioso mi preocupación? Indignado me siento al otro extremo del sillón y espero a que termine su crisis de risas.

ㅡ¡Joder! ㅡ Se frota la barriga muerto del gusto.

Frunzo el ceño y después de lo que parece un siglo se calma y limpia una lágrima de su mejilla, me mira divertido y se acerca gateando hasta sentarse a horcajadas de mis piernas. Noto que quiere decirme muchas cosas pero no lo hace.

ㅡNo le harás daño al bebé, Kai. Créeme.

ㅡCon eso no me vas a convencer...ㅡ Discrepo seriamente.

ㅡY ¿Qué vas a hacer? ¿Llamarás a la doctora Park? ㅡ Me pregunta el muy insolente.

Un foquito se me prende en mi cabeza y asiento. El ahora es el que frunce el ceño.

ㅡSi la llamas, no te dejaré verme hasta que nazca el bebé. ㅡ ¡¿Qué?!

ㅡ¡No lo harí...! ㅡ ¡Pum! Aprieta mi pene y lo despierta nuevamenteㅡ. ¡No...! ㅡ ¡Pum! Comienza a masturbarme y yo ya no puedo concentrarme... ¿De qué estábamos hablando?

Oleadas de placer recorren mi cuerpo y ya no aguanto más. Estoy a punto de correrme pero lo retraso y acomodo a Lu Han de forma que sus brazos se apoyen en el espaldar del sillón y sus caderas levantadas hacia mi.

Lo penetro y me empujo con fuerza hacia su interior y ambos gritamos. Salgo y entro arremetiendo sin parar en su punto de placer, derritiendose en mis manos.

ㅡLu Han...ㅡ Sus músculos me aprietan y me dejo llevar, alcanzamos el orgasmo y estamos mareados ante su intensidad.

Lo acuesto sobre el sillón y yo a su lado.

Nos miramos.

Nos veneramos.

ㅡTe amo.ㅡ Lo apuesto todo con esas dos palabras y espero mi condena pero el se limita a retirar unos mechones rebeldes de mi frente y cierra los ojos con sus piernas enredadas a las mías.

Me deja con la esperanza de que algún día pueda amarme de nuevo.

DesenlaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora