Capítulo 2.

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Caminé por el pasillo que conducía a la torre de Astronomía.

Las brillantes estrellas y la luna eran capaces de ser vistas claramente a través de las ventanas a ambos lados de la pared.

La noche era silenciosa y quieta, haciéndome sentir como si yo fuera la única persona en todo el mundo.

Subí las escaleras oscuras y me senté justo en frente de la gran ventana que mostraba el cielo de la noche oscura.

Todo estaba quieto y pacífico, demasiado tranquilo.

El mundo podría llegar a su fin muy pronto y ¿Por qué estaba todo tan tranquilo como si nada malo estuviera pasando?

Abracé a mis rodillas y puse mi barbilla en ellas.

¿Qué iba a hacer cuando él viniera a Hogwarts?

¿Qué se suponía que debía hacer?

¿Se suponía que debía luchar contra los mortífagos y tal vez contra... él?

Mi estómago cayó ante la idea de luchar contra el Señor Oscuro.

¿Tenía siquiera las agallas para luchar contra él?

Suspiré y me acosté en el suelo frío.

No podía hacerlo.

Lo había hecho una vez; Y no sería capaz de hacerlo dos veces.

* ~ * ~ * ~ *

Él danzó por el pasillo que conducía a su habitación.

Tal como había llegado frente a la puerta, oyó murmullos dentro de su habitación.

Por la forma en la que hablaban, sabía que debían ser del Occidente.

El hombre sonrió con malicia mostrando sus dientes podridos y puso su cálida oreja contra la, puerta de hierro frío.

-No van a ser capaces de encontrarlo. Por lo menos no hasta que ella les diga dónde están.

-Pero, ¿Cómo puedes estar tan seguro de eso? Uno de ellos es Harry Potter, después de todo.

-El hecho de que él sea Harry Potter, no quiere decir que sea inteligente.

-Sí, tienes razón. ¿Vamos a estar bien, no?

-Si, lo estaremos.

-Gracias a dios.

Mientras el anciano oía pasos que se acercaban a la puerta, corrió a un rincón para esconderse de la persona que salia.

El que salió era un hombre. El hombre tenía el pelo castaño oscuro y sucio que estaba medio cubierto por un sombrero negro y llevaba un traje negro que tenía una marca de una serpiente en la parte posterior.

La sonrisa espeluznante del anciano se volvió aún más espeluznante. Sabía quién era el hombre que salió de su habitación. Él no lo conocía personalmente, pero él lo conocía porque era muy famoso en el mundo de los magos y brujas.

Ahora, ¿De qué estaban hablando? El anciano se preguntó.

Enamorada De Un Slytherin | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora