Capitulo 3: HUIDA

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¿Ellos asesinaron a una persona? ¿Por qué?

Tenía que averiguar mas sobre eso, pero no podía decirles, podrían hacerme cualquier cosa. Lo que si sabía es que allí no estaba segura y no podía seguir viviendo con ellos. Planee una huida, pero me buscarían y sospecharían, tenía que hacer algo ¿pero qué?

Si no confiaba en mi familia, ni ellos en mi ¿con quién podía contar? La única persona que se me cruzo por la mente fue Jess, pero solo lo conocía hace un año, quizá el tampoco era alguien de fiar. Pero aun asi era mi única alternativa. Llame a Jess y le conte todo, pidiéndole que me espere en el parque.

-Buenos días Melanie .-mi mama se notaba un poco más nerviosa que de costumbre, era raro no verla "segura". Mientras tanto mi hermano tenia la misma expresión de siempre, con el ceño fruncido y tomando su café igual que siempre. Mi padre no miraba a nadie, ni acotaba nada, algo estaba pensando, algo importante.

-Buenos días.- me acomode en mi lugar de todos los días, intentando portarme como siempre, mi plan por el momento era no demostrar mi inquietud. -¿Pasa algo?- la cara de los tres cambio de repente, asi que asumí que todo lo que había escuchado era cierto. Eran asesinos pero no querían decirme nada.

-No hija, ¿Por qué preguntas?- dijo James.

-No se, me pareció. Cosas mías.- sonreí. Quería decirles la verdad pero no, aun no era el momento. Mi madre por lo lejos estaba templando, y casi se le cae su café. Agarre la mochila que había preparado el dia anterior con ropa– Ya es tarde, tengo que irme a la escuela.

-Adiós.- dijeron los tres al mismo tiempo. Salí y fui rápidamente hacia el patio trasero para escuchar su conversación, y entre por la puerta de atrás.

-Sospecha algo, nos descubrió.- sugirió mama.

-No, tranquilos. Es que estábamos siendo muy obvios. – dijo papa acomodándose la corbata.

-Yo estaba actuando normal.

-Hay que decirle. – insistió Caterina.

-No.- dijeron los dos. Nuestro perro, Wolfi, comenzó a ladrar ya que no le caía muy bien, gracias a Dios estaba encadenado, pero aun así no paraba de ladrar. Lamentablemente todos dentro escucharon y se fueron acercando hacia la puerta.

-¿Por qué ladra tanto este asqueroso perro?

-Veamos.- Me corrí para un costado intentando evitar que me vieran, pero fue inútil. James abrió la puerta de la casa tan rápido que no tuve tiempo de irme.-Melanie... ¿Qué haces aquí? – me levante tan rápido como pude y salí corriendo. Sebastián me seguía. En ese momento tuve mucho miedo de que me atrapara y me hicieran algo, tenía miedo de mi propia familia. Pero seguí corriendo, resistiendo al impulso de darme la vuelta y volver con ellos. "Hasta la plaza".

-¡Melanie! ¡Vuelve!.

Cuando llegue a la plaza me escondí mientras buscaba con la mirada a Jess y lo vi sentado en un banco con una mochila en sus hombros. Revise si no venia Sebastian y llame a mi amigo.- Tenemos que irnos rápido, mi hermano ya viene. ¿Estas dispuesto a dejar a tu familia?

-Si lo estoy estúpida, vámonos. –cuando estábamos a punto de marchar, mi hermano apareció y me tiro al piso.

-¡Sueltame!- repetí tantas veces para que me dejara. Jess lo saco de arriba mio y comenzaron a pegarse. Me levante e intente separarlos.- ¡Explicame que pasa!

-Deja de hacer escándalo.- dijo tirando a mi amigo a un lado y levantándose del suelo.- Te lo contaremos en casa, vámonos. Si te arrepientes te perdonaremos.

-No, no ire a la casa de asesinos.

-Callate idiota. Ven con nosotros y te explicare.

-¡No!, si quieres matarme hazlo aquí.

-Yo no mataría a mi propia hermana.

-Pero si a alguien mas. ¿Qué hicieron?- estaba tan enojada que podía matarlo.- Cuentamelo.

-No puedo decírtelo aquí, y menos si esta él. Ven a casa y te lo explicaremos.

-No, es una trampa.-dijo Jess.

-Callate gay. Le estoy hablando a ella, vamos hermanita.- dijo con una falsa sonrisa.- Somos una familia, tenemos que apoyarnos.

-Ayer me dijiste que no me querías ¿Por qué te tengo que creer ahora?

-Porque estoy diciéndote la verdad. No te haremos nada, ven por favor.- Debía averiguar lo que estaba pasando y no lo sabría nunca si me negaba a ir con él, además de todas formas intentaría matarme.

-Jess vuelve a tu casa y quedate ahí.

-No te dejare sola con este...

-Solo haz lo que te digo.- Sabia que él se quedaría escuchando o cerca de mi, pero prefería que Sebastian no sospechara.

Llegamos a mi casa, las luces estaban apagadas y las cortinas cerradas, presentí que quizá moriría allí. Trague saliva y seguí a mi hermano hasta el comedor. El piso estaba un poco resbaloso cerca de la cocina, pero no le di importancia.

Mis padres estaban sentados allí en silencio. –Aquí está.

Me senté y respire hondo, debía mostrarme fuerte, aunque por dentro tenía demasiado miedo.- Díganme que pasa aquí, ¿a quién mataron, por qué?

-Nuestra vida nunca fue fácil, yo y tu madre teníamos serios problemas tanto económicos como en nuestro matrimonio, y además teníamos a dos hijos que cuidar, no era nada fácil. Mientras tú estabas en tu colegio pasándola genial, nosotros nos esforzábamos cada día por traer comida a la mesa y tu hermano tenía que ir a trabajar con 12 años.

-¿Y eso justifica haber matado a alguien?

-Claro que no, nosotros en realidad no hicimos nada, fue un incendio pero siempre nos culpamos de eso, pero no sabemos quién prendió el fuego.

-Sí, seguro. Es evidente que fueron ustedes.

-Juro que no sabemos quien fue, ni como sucedió, ni el porqué.

-No les creo. ¿a quién mataron? – Empecé a sentir un olor a quemado que provenía del piso, los cuatro sabíamos que era. Fuego.

El fuego comenzó a expandirse sobre nuestros pies y junto con él, mi miedo creció. 

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