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Cuando había terminado de llevar cada caja a su habitación, tender mi cama y asignar la alarma para él día próximo, me dediqué a desempacar mi ropa y ponerla en él closet. Tardé aproximadamente cinco horas en organizar todas y cada una de mis prendas, colgarlas y doblarlas respectivamente, gracias a mi actitud perfeccionista, mi closet quedó más limpio que yo.

Ante eso, revisé si había agua caliente, y gracias a yisus, si había.
Necesitaba relajar me, así que cerré todas las cortinas, le puse seguro a la puerta y me dediqué a mi, y a relajar me.

No se cuanto tiempo paso, pues me había quedado dormida.
Me levanté y me seque él cuerpo y me puse las pijamas.
Introduje mis recién humectados pies en unas pantuflas de conejo negro, y fui a la cocina.

En él camino me di cuenta de que él departamento, realimente necesitaba una ayuda, había grietas, necesitaba pintura y un suelo lindo.

Al llegar, decidí tomar agua, ya que no había nada más. La bebí rápidamente y me fui a mi habitación ya que no había mucho que hacer fuera.
Tomé mi celular y revisé los mensajes que había.
Ninguno de mi padre y dos de la tía Martzia.
¿Ven a lo que me refiero cuando les digo que solo se hace llamar "padre"?
Pronto me quedé dormida acompañada de la luz de la luna que se filtraba por las cortinas delgadas.

(...)

Mi celular vibraba mientras la canción de "Love Yourself" de justin bieber sonaba.

Me levante tomando mi celular, yendo a la cocina y sirviendo un vaso con agua.
Lo bebí y fui a mi habitación para ponerme él uniforme de él trabajo, un suéter encima pues hacia mucho frío y un reloj
Tomé mi celular, mis llaves y una mochila con agua y un snack, salí de casa, cerrando la puerta con seguro y caminé por él corredor para llegar al elevador.
Presioné él botón que tenia un "0" marcado en él centro y él elevador comenzó a bajar.
Al llegar al último piso comencé a avanzar recorriendo la puerta y la recepción.
Iba en camino, cuando un tonto me tumbó haciendo que mi trasero azotase contra él piso.
Este me tendió la mano y yo, como buena orgullosa que soy, me levanté por mi cuenta.
-Ten más cuidado, tonto.- espeté furiosa.

-Eres vanidosa no es cierto, cariño?- hablo con seguridad

-Agh, vete al carajo.- me di media vuelta pero antes dije:

-Dame mi reloj.-
El me miró sorprendido y los sacó de atrás de su espalda.
Me los entregó y dijo:
-No se te olvida nada?-
Compacte mis labios y luego dije; -Dame mi maldito celular.- Él lo entregó y me guiño un ojo.

Yo... Simplemente le enseñe mi hermoso dedo medio, me di la vuelta y seguí caminando.
¿Quien se cree que es ese chico?
Al llegar al trabajo, Rosa, la gerente del lugar, me recibió con una cálida sonrisa y me dio palmadas en el hombro para iniciar correctamente la jornada de trabajo.

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