27. Problemas en el paraíso.

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Al llegar a casa de los padres de Parker, ambos nos recibieron con un abrazo, pero por alguna razón, no lo sentía sincero.
A la hora de la comida, ambos se comportaban muy extraños.
Eran casi las siete de la noche, y yo ya me quería ir de allí. Las miradas que la madre y él padre de Parker me mandaban, no me daban mucha confianza.
— Parker.
Le llamé en un susurro.
Él me miró preocupado.
— No quiero estar más aquí. Por favor.
Él me miró como decidiendo entre una cosa y otra. Y algo en su expresión me decía que él sabía algo que yo no.
Por unos minutos, unos largos minutos nos quedamos en un silencio sepulcral y él único sonido perceptible era él de pequeñas gotas golpeando los ventanales.
Él sonido de alguien golpeando la puerta bruscamente nos hizo dar un pequeño salto a todos.
La madre de Parker se levantó hacia la puerta. Lo siguiente fue como si hubiera ocurrido en cámara lenta.
Dos hombres derribando la puerta haciendo volar a la madre de Parker. Más hombres entrando tomando por la espalda al padre de Parker y cubriendo la cabeza de ambos con un saco de tela negra.
Pronto sentí la mirada de pánico proveniente de Parker en mi nuca.
Unas fuertes y grandes manos me tomaron por lo hombros atando mis muñecas juntas y al igual que los demás, cubriendo mi cabeza.
Lo ultimo que sentí fue un fuerte golpe en la nuca, dejando me inconsciente.

Desperté aún con él saco negro cubriendo mi vista. Podía sentir él pañuelo cubriendo mi boca y cuerdas acorralando mis manos.
Lo único que pude hacer fue gritar, gritar con pánico para que alguien me escuchara.

Escuché pasos acercándose y mis nervios se pusieron de punta.
Retiraron brusca y veloz mente él saco de mi cabeza.
Mientras me acostumbraba a la luz natural, podía apreciar los zapatos Nike de quien fuera que estuviese parado frente a mi.
Una vez pudiendo abrir mis ojos observé con detenimiento al hombre frente a mi.
Él frunció él ceño soltando un gruñido.
— Tu no eres Vannesa.
Soltó de pronto.
Por una parte él no ser quien ellos buscaban me alegraba, pero él pensamiento de que podrían "deshacerse" de mi me llenaba de pánico.

Un hombre igual de fornido llegó a la habitación y le dijo al oído algo que hizo que él otro hombre sonriera de forma perversa.
Al parecer mis ojos de suplica no funcionaron pues él hombre soltó un puñetazo en mi mejilla.
Y luego otro en mi labio, en él estomago, costillas. Él dolor era insoportable, pero podía resistirlo. Miré enojada al hombre quien en un ultimo intento de dejarme inconsciente largó un golpe en mi otra mejilla, consiguiendo su cometido.

Pobre Shannon😭😣
Les dije que sería importante xd.
Los ama
- Xia💕
Pd: ¿Si no mato a mis personajes, soy mala escritora? xd.

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