31. Un amigo en el infierno.

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Shannon.

Podía sentir él dolor en cada parte de mi cuerpo. Mis ojos a penas se podían abrir ante él hombre frente a mi.
Me había usado como saco de box. Y si, estaba atada al techo.
Con apenas una blusa que cubría mi trasero, varios tipos habían querido abusar de mi, y en todas esas ocasiones, había llegado Samuel a correr a cualquiera que se atreviera a tocarme.
Era como tener un amigo en él infierno. Un amigo con poder.
Él probablemente podría sacarme de aquí, si él tal Grand no fuera tan gruñón.
Me había tocado ver su figura tan voluptuosa que hasta me daba miedo de solo mirarlo.
Era de esperarse que Samuel y todos los demás le tuvieran miedo. Su voz era grabe y fuerte, sus brazos completamente llenos de tinta, su cabeza a medio camino de quedarse completamente calvo y sus dientes completamente cubiertos de oro.
No había llegado mi oportunidad de hablar con él, hasta esta tarde.
Samuel me había informado que Grand, llegaría a eso de las seis de la tarde, y charlaría conmigo.
Me dijo que a él no le gustaba maltratar a las personas, a menos de que se las mereciera.
Claro, que para sus empleados no aplicaba lo mismo.
Ellos habían lo que querían con quien querían, así como conmigo.
No le veo él lado satisfactorio a golpear a alguien tal delgado como yo. Delgadez, causada por la falta de comida, claro.
Es decir, tal vez son hombres... Una parte animal, pues... Tienen necesidades y bueno... Le veo él sentido a intentas violarme, pero no al golpearme.
Me sentía completamente sucia. No por las manos de los hombres, porque gracias a Samuel, ellos no han llegado más allá de cachetearme o tocarme los hombros.
Pero estaba llena de sangre, tierra y lágrimas.
Quería un baño. Pero era obvio que no conseguiría un baño caliente, con sales de baño y burbujas. A lo mucho, conseguiría una ducha fría de menos de cinco minutos.
Se dieron las 5:50 y él gran hombre ya se encontraba en él cuarto sentado frente a mi.

- Como te llamas?
Preguntó serio.
- Soy Shannon.
Conteste seca.
Él me miró un tanto sorprendido por mi contestación pero no hizo mucho énfasis en esa reacción
- Yo soy...
- Se quien eres. Me han contado mucho sobre ti, Grand.
Dije interrumpiéndolo.
Él me miró sonriendo, y comenzó haciendo las típicas preguntas de "¿Cuántos años tienes?" "¿De donde vienes?" "¿Tienes hermanos?" etc, etc.
Después de eso, yo comencé a preguntarle, sacando información muy interesante.
Me dijo que tiene familia, que Samuel no tenía padres, y que de ese negocio viven.
- Estarás en casa de Samuel por él resto de tu instancia.
Dice sonriendo.
Al parecer, teníamos mucho en común, a pesar de que parecía unos veinte años más grande que yo.
Nos habíamos hecho amigos, y me pidió mil disculpas por todo lo que sus empleados me habían hecho y prometió que en casa de Samuel, nada de eso pasaría.
Las chicas que me daban de comer, me consiguieron un pantalón, un suéter y zapatos. Me quitaron las cadenas que rodeaban mis pies y me condujeron hasta la oficina de Grand.
- Hola.
Salude amable.
Él me sonrió y siguió firmando unos papeles.
A los cuantos minutos, llegó Samuel. Vestía todo de negro, como siempre y llevaba una sonrisa de oreja a oreja.
Cuando salimos de la oficina de Grand, caminábamos por un pasillo obscuro y húmedo.

- Por que la sonrisa?
Pregunto un poco contagiada por esta.
- Me alegro de que salieras - dice mirándome. - Y que te quedes en mí casa .
Dice riendo bajo.
Ante eso, la calentura llega a mis mejillas y lo único que puedo hacer es mirar hacia él piso para que Samuel no lo note.
Al llegar a la calle de Samuel, me di cuenta de que era una calle en donde vivían puros millonarios, al ver sus casas, autos, mascotas...
Nos detuvimos enfrente de un edificio enorme.
He de decir, que estaba encantada con ese edificio. Fácilmente tenia treinta pisos, y unos quince de ellos, eran de completo cristal.
Era muy minimalista y limpio.
Subimos por él elevador, y paramos en él penúltimo piso.
Miré a Samuel sonriendo.
- Él ultimo ya lo habían comprado.
Dijo alzando los hombros, pero sonriendo.
Reí bajo y miré al ventanal gigante que tenía su departamento.
Caminé rápidamente hacia él y observé la hermosa vista.
Mucha fauna se podía observar aún que en realidad, no sabía donde estaba.
- Puedo darme un baño? - Pregunté tímida y él me miró con cara de ¿En serio? - ¿Qué?
Pregunté inocentemente.
Samuel solo rodó los ojos y se dedico a enseñarme cada uno de los cuartos.

😁😁😁😁😁
¿quien los ama más que yo? NADIE PRROS7.7
Jeje.
- Xia💯💕

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