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Atención: en este capítulo habrá varios cambios de punto de vista, así que estén atentos para poder comprender, gracias.

Parker.

Después de la discusión con Shannon caminé por varias cuadras, hasta que mi mente quedó llena de pensamientos e ideas que necesitaba aclarar.
Me acerco al local y me adentro en la pequeña cabaña.
Me siento en una de las esquinas aún que la cafetería estuviera sola de por si.
— Que vas a pedir?
Pregunta una señora regordeta mirandome con indiferencia.
— Me da un americano, por favor.
Pido a la señora y esta se da la vuelta adentrandose en lo que parecia la cocina.
Admiraba los detalles de la antigua cabaña, se sentía muy hogareña y calida, a pesar de su soledad.
La señora me entrega mi café y mi mirada queda perdida en la nada mientras mi cerebro trabaja a toda prisa tratando de averiguar mis sentimientos hacia Shannon.
Me gustaba... es más, me encantaba.
Estaba enamorado, pero... la amaba, y no estaba listo para que rompieran mi corazón.
Al menos no ella.

Shannon.

Camino por alrededor de media hora por el camino que me sabía como la palma de mi mano.
Todos los domingos, cuando mamá salía a buscar una aventura de una noche me iba a ese bar a espiar a mi padre.
Yo estuve allí cuando conoció a su otra mujer y cuando llevó por primera vez a su primera nueva hija.
Dolió como una bala directo a las costillas, pero aún así no me fuí hasta media hora despues.
Mi madre, a pesar de llevar un nuevo hombre a la casa cada semana, nunca superó a mi padre.
Al llegar al bar, huele a mala muerte... y a vómito.
Ignoro por completo mi sentido del olfato y voy hacia la barra.
— Hola, Henry.
Saludo al bartender quien me mira con nostalgia.
El dueño del local se acerca a mi y sonrie.
— Shannon! Hace tanto que no te veo.
Dice Henry peinando su plateada cabellera.
— Como está tu madre?
Pregunta sirviendome una soda.
— Muerta.
Digo bajo y tomo se mi soda.
Me mira con tristeza y me abraza con dificumtad desde atras de la barra.
— Los siento tanto.
Dice serio.
— Si... yo también.
Digo jugando con la pajilla de la soda.
Se va a atender a otros clientes mirándome sonriendo sin gracia.
Sigo jugando con la pajilla de la soda cuando siento una mano en mi cintura.
Cuando miro hacia atras puedo ver los ojos color café más expresivos que jamas había visto.
— Hola, hermosura.
Dice crecido.
Ruedo los ojos volteandome hacia la barra.
— Todo iba bien hasta que abriste la boca.
Digo sientiendo que se sienta al lado de mi.
— No soy así, me pusieron un reto. Tengo que conceguir tu numero.
Dice susurrando en mi oido.
Me rio de la forma en la que lo dice y lo miro.
— Te puedo dar un numero falso? Ya salgo con alguien — Digo sonriendo — o eso creo.
Digo mirando mis manos.
— Que? Como que eso crees? No puedes creer que estas saliendo con alguien, o estas saliendo, o no estas saliendo.
Dice rapidamente haciendome sonreir.
— No lo se... bueno, veras...
Comenzamos a hablar a cerca de Parker mientras comemos papas fritas.

Parker.

Me levanto del sofá en el que me encontraba mientras dejo un billete en la mesa para salir finalmente de la cafetería.
Ya había anochescido y no quedaban muchas pizzerias abiertas, así que me dirijo hacia un super y compro los ingredientes necesarios.
Si necesitas algo, más vale que lo hagas tu mismo, o de otra forma, no saldrá como tu lo quieres.

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