En este amanecer precioso
con la brisa del mar mojando mi rostro
y sentado al borde del tiempo,
hoy tampoco estarás tristeza.
Porque hoy es un día para amar, besar, oler tu pelo
y correr desnudos por la playa cogidos de la mano del sentimiento,
estrujarnos la piel escuchando al amor y
beber de la vida su néctar perfecto.
No, hoy tampoco estarás tristeza
ni tampoco mañana, ni nunca,
el olor de los pinos me hace confundir el sabor de tus besos
y viviré eternamente acurrucado en tu sonrisa.